sábado, 23 de febrero de 2013

Forever and always.

Y aquí estoy yo. Sentada en un tren de vuelta a casa, con dos sudaderas y en pantalón corto. Tan ilógica como siempre, con las secuelas de haber sido un gato durante unas horas. 
"Forever and Always" en mis oídos.
Pienso en todo, en nosotros, en ti, en mí.
Pienso en todos esos momentos que hemos vivido juntos hasta ahora, en todas aquellas que no viviremos jamás.
Pienso en cómo me he sentido cada vez que te acercabas, cada vez que he provocado tu sonrisa, cada vez que mi corazón se acelera cuando tus manos rodean mi cuerpo.
Pienso en todas esas veces que mi corazón ha amenazado con salirse de mi pecho con ese beso que nunca nos dimos. En todos esos "te quiero" que nunca nos dijimos. Todas esas sonrisas que se quedaron congeladas en mis labios.
¿En serio crees que necesito mucho más para imaginar una vida perfecta a tu lado?
I wanna stay here forever and always.

jueves, 14 de febrero de 2013

Y aquí estoy, muerta del asco, como nunca, como siempre. En un día muy bonito para los enamorados, muy asqueroso para los que no tenemos a nadie. Dejad de recordarme toda esta mierda, gracias.
-¿Qué tal te va con los novios?
+JAJAJAJAJAJAAJJAJAJAJA ¿Eso existe de verdad?
-Sabes que sí.
+Pues mal, como siempre, ¿cómo me va a ir?
-Tú tranquila, ya aparecerá alguien.
+Tranquilo, ya he asumido que la culpa es mía. También he asumido que me quedo para vestir santos, o para ser monja, no sé.
-¿Culpa tuya por qué? Si los demás no saben ver lo que vales no es tu culpa.
+Si NADIE es capaz de verlo es porque algo estoy haciendo mal.
-No lo veo así, yo lo supe ver en su día.
Tú, que me quisiste como creo que nadie nunca lo ha hecho. Yo que en cuanto lo noté salí corriendo. 
Pienso que nunca podré pagarte todo lo que has hecho por mí, todas las veces que has sabido que estaba mal sin más. "Hermano", así es como te defino después de tanto y todo. Quizá la jodí como nadie lo ha hecho contigo, quizá no te valoré en su día, sin embargo, aquí estoy, escribiéndote esto que no tiene el menor sentido. Simplemente gracias, por hacer lo que no está escrito por verme feliz.

Perdón.

Perdóname si alguna vez confundí las cosas. Perdóname por llegar a pensar que en tus ojos había algo más que preocupación. Perdón por llegar a pensar alguna vez que alguien como tú pudiera sentir algo por alguien como yo. Perdóname si alguna vez me sentí demasiado segura entre tus brazos. Perdóname si malinterpreté tus palabras. Pido perdón por llegar a pensar que tus tequieros conllevaban algo más que amistad. Perdóname por haber llegado a pensar que algún día, quizá, tú y yo... Perdóname siquiera por haber soñado alguna vez contigo. Perdóname por haberme despertado y haberte echado de menos a mi lado. Perdóname por haberte conocido tarde, por llegar cuando ya había alguien.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Así me defino.

Un desastre, un terremoto, una nerviosa, una repelente, una egoísta, una cobarde, una infantil, un claro ejemplo a no seguir. Así me defino.

Un desastre, que no es capaz de tener las cosas organizadas, pero que a la vez es muy maniática para muchas otras. Un desastre que se olvida hasta la virginidad en cualquier lugar. Un desastre incapaz de organizar siquiera sus sentimientos, sus ideas, sus idas y venidas, su dolor y sus sonrisas. 


Un terremoto, que destruye todo lo que toca, que cuando pasa, se queda con todo.Un terremoto incapaz de dejar las cosas intactas. Un terremoto, que tan pronto entra en tu vida, como que se va, sin más. Un terremoto, sin más.


Una nerviosa, que todo tiene que estar como quiere, sino, se pone histérica. Una nerviosa, incapaz de estarse quieta. Una nerviosa impaciente, que si no tiene lo que quiere y cuando lo quiere, se cabrea.


Una repelente, que cuando conecta el modo insoportable no hay dios que la aguante, ni ella misma. Una repelente, que ni sabe lo que quiere ni lo quiere saber. Una repelente incapaz de no molestar.


Una egoísta, que impone su propia elección ante la ajena. Una egoísta, que aprendió a mirar por sí misma porque los demás no lo hacían. Una egoísta incapaz de ver a los demás felices si ella no lo es.


Una cobarde, que sale corriendo a la mínima. Una cobarde incapaz de dejar que nadie la quiera. Una cobarde que huye antes de que la alcance el más mínimo atisbo de amor.


Una infantil, que sólo es feliz cuando se comporta como una cría inmadura. Una infantil que juega a ser mayor, sin llegar a asumir el riesgo de madurar. Una infantil incapaz de querer ver la realidad.


Un claro ejemplo a no seguir, la típica que cae mal a las madres, ya sea por sus pintas, por sus medias rotas, por sus deportivas viejas, por sus malas ideas, por sus idas y venidas sin explicación, por sus escapadas de la realidad.