martes, 24 de diciembre de 2013

A tomar por el culo, 2013.

Hoy hago recuento, una semana antes de que acabe el año, de todo lo que ha pasado este último año:
Toda la gente que ha llegado, toda la que se ha ido y toda la que sigue como el primer día.
Todas aquellas veces que me he ilusionado, a bien o a mal.
Todo aquello que he conseguido, todo lo que he superado.

En primer lugar, pienso en todos los que están, los que se han ido por un motivo u otro, y sobre todo, en aquellos que han llegado en este año.
He perdido gente, creo que todos lo hemos hecho. He llorado mucho, en especial por una persona, una de mis mejores amigas que, por un motivo u otro, ya no sigue conmigo. Me apena cómo terminó todo, aunque si he de ser sincera, no sé ni yo qué pasó. He perdido a más gente, sí, pero también más insignificante. Quizá la última pérdida, muy reciente, sea de las que más me han jodido, pero no me puedo permitir echar de menos a nadie a estas alturas.
He ganado, quizá sólo haya sido una persona, pero qué persona... A decir verdad, he ganado mucha gente, pero ninguno como él. He ganado el mejor premio de este sorteo, me he quedado el mejor hombre que pueda existir. Y por mucho tiempo que pase, no me cansaré de decir que es perfecto. Empecé el año sola y mal, y parece que acaba al revés, y todo gracias a él, al mejor de todos.Y es que, ¿cómo no le voy a querer con todo lo que me aguanta? He vivido con él momentos que nunca llegué a pensar que pasaría, tanto buenos como malos, y aquí estamos, casi diez meses después. Lo que yo le quiero, no lo sabe nadie.
Y bueno, qué decir de los que siguen aquí, año tras año, golpe tras golpe, sonrisa tras sonrisa. Sólo cabe decir que son las mejores, que sólo los siete saben lo que aguantan y lo que tragan por mí y las quiero como a nadie, son mis jodidas hermanas, son todo.
Y bueno, empecé este año, supongo que como todos, con mis propósitos. Uno de ellos era conseguir enamorarme de verdad, conseguir a alguien antes de fin de curso. Empecé el año ilusionada, colada por alguien a quien quise y quiero muchísimo, pero era algo imposible, ambos lo sabíamos. Demasiado iguales, demasiado chocantes, imposible soportarnos el uno al otro. Acabé hundida, como nunca, destrozada. Y como con todo, nunca se sabe cuando tus TDSMO se harán realidad, cuándo tu genia de la lámpara aparecerá y cumplirá tu deseo, ese que quieres de verdad, por mucho mal que te hayan hecho. Y es cuando aparece él, a sacar a una niña asustada de debajo de la mesa y la convierte en una persona más segura, más adulta, capaz de ver la felicidad en pequeñas cosas, como una sonrisa suya.
Me he ilusionado mucho, me he dado muchos golpes, y de todos ellos he sacado algo, que al fin y al cabo es lo importante, ¿no?
He cumplido muchas metas, Resurrection Fest fue una de ellas, por fin 4 días de independencia total, estar con mi gente, disfrutar, ser yo. Mi curso, fue otra, acabar mejor de cómo empecé, superarme a mí misma, y es una meta que a día de hoy sigue abierta junto con encontrar algo que de verdad me guste para seguir adelante. He luchado por lo que quiero, y he ganado.
¿Resumen de este año? Más que positivo, los golpes, sólo me han hecho más fuerte, las alegrías, más feliz.
Bienvenido, 2014.

viernes, 20 de diciembre de 2013

It's easier to live alone.

Hoy le digo adiós a una de las personas que más me han importado en este último año, a una de las que más he querido y en quien más he confiado.
No me gusta esta forma de terminar las cosas, pero lo siento, he llegado a mi límite. Te he pasado cosas que no le he pasado a nadie. "Será el calentón del momento", me decía. Pero al parecer son muchos calentones, al parecer soy yo la que se ha equivocado muchas veces, la que la ha cagado siempre. 
A pesar de todo, me has enseñado mucho, y es algo que te agradezco. Has aportado mucho a mi vida, me has hecho ver las cosas desde una perspectiva distinta.
Eras la primera persona que conocía como yo, con los mismos gustos. Me ayudaste a desarrollarme, a no cohibirme, a si sentía algo o me gustaba algo, mostrarlo, a ser yo misma. 
Me enseñaste a que por muy igual que sea alguien a ti, puede fallarte en cualquier momento. A no confiar a la primera de cambio. A que cuando hay palabras bonitas, hay falsedad detrás. Me enseñaste a quedarme con las que de verdad me demostraban que me querían. Me enseñaste que las que llegan de la nada y se ganan tu confianza rápido, se largan jodiéndote. 
Aportaste muchísimo en mi vida, me hiciste conocer a lo que más quiero a día de hoy, me hiciste vivir momentos inolvidables, y a pesar de todo, recordaré todo como una amiga que se fue, que ya no está.
¿Sabes? La gente no me cree cuando digo que no tengo amigas. Me dicen "¿y Rocío, o Vero?" y no entienden que no las considero amigas, que las considero hermanas, parte de mi familia, parte de mí, no simples amigas. No sé lo que es tener amigas, pensaba que tú eras una, pero ya ves, me equivoqué. 
No digo que te vaya a echar de menos, quizá en algunos momentos te extrañaré, pero me he hartado de echar de menos a la gente. 
¿Un último consejo? Deja de quejarte de que no tienes a nadie. Cada vez que tienes a alguien que se preocupa por ti te dedicas a despotricar sobre esa persona y a faltarla. Aprende a cuidar de los que intentan cuidar de ti, intenta madurar, ya es hora. Y aprende a no confiar sólo en una persona, encárgate de preguntar qué ha pasado antes de insultar y mandar a la mierda. Eso es lo que te hace estar sola.
Te deseo mucha suerte y que algún día aprendas a quererte, sólo así podrás querer a quienes te quieren, sólo así dejarás de estar sola.

jueves, 28 de noviembre de 2013

Ladies and gentleman, welcome to my life again.

Entrar, como he entrado yo hoy a casa. Cerrar la puerta, dejar que las primeras lágrimas caigan. Lanzar la mochila. Llegar a la habitación, lanzar toda tu ropa a un rincón. Dejar los nudillos contra la pared, entrar al baño desnuda y tirarme al suelo a dejar que las lágrimas salgan. Chillar, llorar, golpear todo. Dejar que todo lo que llevo guardando durante todo el día salga a la luz.
Y que en un momento, algo en mi cabeza cambie y pase del dolor a la frialdad. De llorar por todo, a atacar. Que eso sea capaz de hacerme ser fría como la mirada de un shek, como el escalofrío que recorre mi espalda al ser consciente. Dura, como el metal. Intocable, ya que ese muro se ha vuelto a construir a toda prisa alrededor de mí. Ladrillo tras ladrillo. Ya que ese muro, vuelve a ser imposible de derribar, ya que ese muro se alza entre tú y yo. Cada vez más alta, cada vez más imponente. 

miércoles, 27 de noviembre de 2013

No necesito que haya nada entre tu y yo, la piel.

No se si estarás ya dormido o no, no se si al final habrás sido capaz de comer algo  y ni siquiera se si seras capaz de dormir. Yo no lo tengo del todo claro. Mi primera lágrima cae del ojo derecho. Dolor. Dolor por saber que no puedo estar abrazándote que aunque no pueda hacer nada, no puedo estar allí. Y eso, duele. Duele mucho. Noto el vacío de mi estomago, la sensación de angustia, el no poder respirar. Y sin embargo lo único que quiero notar es a ti, tus brazos alrededor de mi, tu cabeza en mi hombro. Abrazarte igual que si fueras un niño que ha sido castigado, acariciarte el pelo, darte besos sin parar, decirte que estoy ahí. Saber que estoy allí y no aquí, saber que puedo verte cuando sea, poder subir y darte un jodido beso. No saber que estoy aquí sin aire en los pulmones, sabiendo que hasta el sábado no sabré nada de ti. No puedo con esto, me siento como una mierda. Porque mientras todo esto tiene cabida en mi, a la vez en mi interior hay una guerra sin todavía un claro vencedor. Por una parte mi corazón me dice que esto es amor, que te quiero, que no puedo soportar saber que tu estas mal. Pero por otra mi cerebro me dice que no, que eres capricho, que simplemente es costumbre, que no puedo estar sola, que soy todo lo que critique. Y es que joder, no te merezco. No te mereces estar con alguien que a estas alturas siga con estas dudas, aunque por escasos segundos el cerebro se imponga, aunque siempre gane el corazón. No merezco alguien como tu, que me trata así y que me mima tanto, no recibes para nada lo que das. Das tanto solo para que una niña estúpida sea feliz, ¿y tu que te llevas? Ralladas, paranoias y poco positivo de mi. No mereces estar así por nadie, mucho menos por una novia que tienes de semana en semana. No te merezco, eres demasiado bueno y se que no estoy a la altura y un día, te acabare defraudando y me sentiré peor de lo que ya me siento. Y lo peor es que aun sabiéndolo, no puedo dejarte escapar, no puedo perder esta única balsa en mitad del océano. Me he imaginado y he vivido tanto a tu lado, que no concibo un solo día sin ti, sin saber de ti. Te quiero tantísimo...

domingo, 24 de noviembre de 2013

"Me enseñaste muchas cosas, como que no hace falta ver todos los días a alguien para quererle, como creía. Como que puedes echar muchísimo de menos a alguien, todos los días, como no pensé que se podía. Como que por muy lejos que esté alguien, esa persona puede estar a tu lado en todo momento. Que aunque seas el que más sabe de algo, siempre una enana te puede enseñar que dejarte llevar, no está nada mal. Como que eres una regla de tres inversa, mi amor por ti es inversamente proporcional a tu tamaño. Me enseñaste que por muy mal que vaya todo, siempre hay una persona que te puede ayudar, y esa persona, eres tú."
Bárbara llora, como una niña tonta.

lunes, 18 de noviembre de 2013

I'm yours forever, and I always will be.

Supongo que son tantas cosas las que quiero decirte cada noche que las palabras se atropellan unas a otras en mi cabeza y cuando parece que unas son claras vencedoras, mis labios se olvidan de expulsarlas. Hay tantas cosas que ya te he dicho y que no se si eres consciente de lo verdaderas que son, que me da miedo repetirlas mucho para que nunca dejes de creerlas, para que nunca dejen de ser verdad. Te digo que te quiero a cada segundo sabiendo que esas palabras, se quedan cortas, que no expresan todo lo que puedo llegar a sentir, con el miedo de decirte todo lo que de verdad siento, por si todo se rompe y se va, por si no me crees, por si me tomas por una cría idiota. Me da miedo decirte lo tantísimo que te echo de menos, porque no me gusta echarme a llorar cada vez que me recuerdo en tu cama abrazada a ti, porque no quiero que realmente seas plenamente consciente de lo mucho que te necesito, porque me da miedo reconocer que realmente es así, que no puedo estar sin ti. Me cuesta mucho seguir sabiendo que no estas, que no te puedo dar ese puto abrazo que me esta quemando por dentro, ese que necesito darte ya. Me siento muy mal cuando reclamo saber que te pasa, cuando me olvido de que lo se. Y sin duda, lo que peor me sienta es saber que yo no estoy ahí, que no puedo ni siquiera darte un beso, que no serviría de nada, pero no puedo evitar sentirme mal. Quizá nos ha tocado vivir algo mas complicado que a la gran mayoría, pero ¿sabes? Por primera vez en mi vida, se que esto cambiara, que todo, algún día, ira a mejor.
Quizá sea la segunda vez en toda mi vida que he reconocido algo así, la segunda vez que soy capaz de decir que esto de verdad me supera.Quizá sea el tiempo, la mezcla de todo, o simplemente que es así porque tenía que ser así.
Tengo miedo.
Y no sé si escribirlo me ayuda, ya que llorar no me sirve, ya que intentar respirar no funciona. Intento saber qué mezcla explosiva es la que hay dentro de mí para que esté acojonada como nunca lo he estado. Para que la más mínima palabra me golpee los pulmones y me impida respirar. "La explicación más sencilla suele ser la correcta". supongo que la explicación más sencilla en este caso es la que más me hace llorar, la que me impide respirar con normalidad, la que no permite que mi corazón se tranquilice. Y esa explicación es que tengo miedo. Miedo, como nunca lo he tenido. Y lo peor de todo es que me enfrento a él como si tuviera tres años, llorando por todo, sin hacerle cara, como una cría a la que le han quitado su muñeca favorita. Pero claro, todo es más complicado que eso. No es una muñeca, y quizá  no sea ninguna posibilidad real, pero veo que todo esto me supera, que no puedo estar a la altura de lo que se espera de mí, que voy a darle la razón. Quiero demostrar que puedo con esto, quiero hacer saber que sé que puedo, que puedo hacerlo bien y sin equivocarme. Quiero que entiendan que esto no me va a superar, que soy yo, que soy una bárbara, que no hay quien me pare. Pero a veces, incluso a los más bárbaros hay algo que les dice que paren, que se relajen, que ya no es su tiempo.
Sólo necesito una oportunidad, ese abrazo de "todo está bien, yo voy a estar aquí siempre" que ya no tengo. Quiero que mi corazón se pare un segundo, que deje de acelerarse, que deje de hacerme caer. Quiero poder no echarme a llorar cuando me den el resultado, cuando me digan algo que condicionará el resto de mi vida. Necesito dejar de portarme como la cría que llevo siendo yo estas semanas, esa que llora desconsolada en la ducha para que nadie se entere, o esa que tiene que llamar a la única persona que sabe que le va a coger el teléfono a las 2 para que la tranquilice.
Sólo necesito alguien aquí, a mi lado.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Todo lo que nunca me atrevo a decirte

No sé si quiera como empezar. Hay muchas cosas que nunca te dije, muchas que no soy capaz de decirte nunca a la cara, y no es por falta de ganas. Te echo de menos, te echo mucho de menos, como éramos antes cuando estábamos juntos, las coñas, las ideas absurdas, el llegar un punto en el que no tenemos de qué hablar, el llorar de la risa tirados en un banco del O'Donell, el poderte abrazar cuando quisiera, cuando lo necesitara. Echo de menos tus ideas locas, tus sonrisas extrañas que nunca supe qué me decían. Echo de menos las tardes contigo, antes de que todo cambiara. Echo de menos saber que estabas ahí para todo, cuando te necesitaba, cuando me echaba a llorar como la estupida que soy. Echo de menos las verdades, ya que eras el único que me las decía. Te echo tanto de menos, que hasta extraño el agarrarte cuando estabas borracho, echarte la bronca por estar así. Echo de menos tu "Es que eres demasiado tú, demasiado difícil, si no fueras tan tú todo sería más fácil". Echo de menos tus palabras, esas que o me hacían llorar o sonreír, esas que nunca tuvieron un término medio para mí. Te echo tanto de menos, que cada vez que te abrazo siento que algo en míse rompe, porque ya nada es igual, porque noto que ya te he perdido y no vuelves.

domingo, 27 de octubre de 2013

My scar, my heart, my truth.

Tratamos de buscar cosas para ser felices, sin ser conscientes de que lo más simple, es lo que más feliz nos hace. Una mirada, una sonrisa, un gesto.
Y allí estaba yo, siendo feliz. Aún siéndolo, con solo pensarlo. Allí estaba, tumbada en tu sofá, con sólo lo necesario encima, abrazada a un cojín, con los ojos cerrados y pensando en toda esa situación, en ti.
¿Qué me encuentro cuando vuelvo a abrir los ojos? A ti. A ti mirándome, con esa cara de estúpido que pones cada vez que lo haces. Con esa cara que me hace sonreír porque muestra una profunda felicidad. Vuelvo a cerrar los ojos, y al abrirlos, ahí vuelves a estar, con exactamente la misma cara. 
"Me gusta verte así"
Pienso. Pienso seriamente en todo lo que te reproché sólo tres días antes de eso, todo eso de lo que no querías darte cuenta. Me siento culpable. Me doy cuenta, de que en realidad la primera que no se da cuenta de las cosas soy yo. Yo, que siempre pienso que encontrarás a alguien mejor, alguien a quien quieras y no me doy cuenta de qué es realmente lo que quieres. De que lo único que quieres es a mí. Te reprocho no darte cuenta de todo lo que te quiero, de tus paranoias estúpidas, de tus "me vas a dejar por él, te gusta, lo sabes", sin darme cuenta de que en realidad sólo me devuelves lo que yo te doy. Te reprocho no ser capaz de ver que eres la única persona de la que no huyo, a la que soy yo la que se acerca, a la que busco siempre. Te reprocho no ser capaz de confiar en que no voy a estar con otro, no al menos mientras te ame, te ame tanto como lo hago ahora mismo. Te reprocho no ser capaz de ver lo que de verdad siento, cuando yo no era capaz de ver esa cara.
Echarme a llorar. Me echo a llorar porque no puedo con esa cara de ilusión que pones, porque sé que te acabaré fallando.
"Cariño, es esperanza. Esperanza de que en algún momento dejes de subestimarte, de que en algún momento llegues a saber todo lo que vales, aunque eso conlleve que me dejes atrás. Quiero ayudarte a superar todas esas barreras que tú misma te pones, que es lo único que no te deja brillar y todos esos complejos estúpidos que tienes. Y pienso estar ahí cuando un día lo consigas, aunque acabes dejándome atrás. Y espero que no sea así, si no ¿qué haría yo solo en esta casa?"
Confías más en mí de lo que yo misma he hecho y posiblemente llegaré a hacer jamás. Te conocí siendo alguien incapaz de confiar en absolutamente nadie, ni siquiera a veces en sí mismo.
"Puedes con ello. ¿Sabes por qué lo sé? Porque confío en ti. Y he de confesar, que confío más de lo que creí que llegaría a hacer."
Puede que tuviéramos un principio "injusto", un tanto tropezado, quizá incluso forzoso por ambas partes. Puede que haya llorado bastantes veces por ello, puede que haya habido días en los que ni siquiera haya podido quitármelo de la cabeza, pero ¿sabes? No me arrepiento de absolutamente nada de lo que ha habido en este tiempo entre tú y yo.
¿Sabes por qué? Porque has sido la única persona que en lo malo, que no ha sido poco, no se ha ido, sino que ha estado, e incluso más. Has sido ese que mientras dos lágrimas me caían ha sido capaz de hacerme reír como si no hubiera mañana, me ha quitado esas dos lágrimas de los ojos, me ha besado y me ha dicho que todo estaba bien, que tú estabas ahí. Porque has sido ese "y si te rayas, pasa cualquier cosa, no puedes dormir, llámame, a la hora que sea" que yo nunca he tenido. Porque eres la única razón que hoy por hoy tengo para sonreír, para salir adelante, para ser fuerte cada mañana.
Y no, no sirvo para ser la fuerte de nosotros dos, y sé que hay veces que me toca, y juro que intento no echarme a llorar, al menos no mientras me ves. 
Y no sé si es demasiado triste o demasiado bonito, pero actualmente eres la única persona con la que sé que puedo contar siempre, al que le puedo contar todo, sea lo que sea, todos mis miedos e inseguridades (que no son pocos), mi mejor amigo.
No sé si esto será amor, no sé que es el amor. Sólo sé, que la ultima imagen de cada noche eres tú, abrazándome, como tantas veces has hecho, protegiéndome para que pueda dormir tranquila, y la primera de cada mañana eres tú, en mi cama, con la ya mencionada cara de estúpido.
Y ¿sabes? Duele. Duele mucho. Dueles.
"So next to you, so close to you"

sábado, 5 de octubre de 2013

Solo como nunca, solo como siempre

Y es que es lo de siempre. Tú preocupado por lo mismo de siempre. Yo, a la sombra de la de siempre.
Y es que me canso de que siempre sea así esto. Me canso de que siempre que estás así sea por ella, por sus movidas, por verla.
Y dime, ¿cómo debería sentirme yo? ¿Debería dar saltos de la alegría? ¿Ser feliz como si nada? ¿Como si no me destrozara? ¿Como si todo fuera bien?
Me dices que no me preocupe, que no empiece con mis paranoias, que todo va bien a la vez que tu voz denota la mayor indiferencia, como siempre que tiene que ver con ella.
Pretendes que no me preocupe, que no piense que no te importaré como ella lo hizo. ¿Crees que es fácil así? Si cada vez que estás así no es difícil saber por qué o por quien es...
Y sí, entiendo perfectamente la cantidad de tiempo que ha habido entre vosotros, entiendo la cantidad de tiempo y de cosas, lo entiendo. Ahora, por un momento entiéndeme tú a mí.
Entiende mis inseguridades, lo poco que me aprecio, lo fácil que me es ver que me dejarás por alguien mejor, lo cual no es difícil de encontrar. Entiende que si estás así no sólo estás jodido tú, lo estamos los dos.
"No puedes hacer nada más por mí, preocuparte ya es mucho"
¿No entiendes que la distancia en esto también nos jode? Que yo lo único que quiero ahora mismo es darte un jodido abrazo y no soltarte. Y sin embargo aquí estoy, metida debajo de mi mesa, como siempre. Huyendo de todo, incumpliendo mi promesa de no llorar, de no preocuparme, de mantenerme ocupada.

Poemas(?) de una joven sin preocupaciones.

Para el despertar, una sonrisa.
Para una sonrisa, un recuerdo.
Para un recuerdo, un buen momento.
Para un buen momento, buena compañía.

Para mí, una mirada.
Para ti, una sonrisa.
Para ella, lo mejor.
Para él, cada instante.

Para un buen día, un ángel.
Para un ángel, una gran persona.
Para una gran persona, cada pensamiento.
Para cada pensamiento, una gran sonrisa.

Para cada momento, una canción.
Para cada canción, un significado.
Para cada significado, alguien especial.
Para cada persona especial, un gran beso.

martes, 24 de septiembre de 2013

We gotta make the love complete tonight

Parece mentira que sólo hayan pasado dos días desde que no te veo y te eche de menos como si llevara meses sin verte. Parece mentira que me hagas sentir tanto estando tan lejos.
Y es que no soy capaz de meterme en la cama y no pensar en ti. 
Acordarme de cada momento que hemos pasado. De cada segundo que ha pasado entre nosotros.
Acordarme de cuando me despertabas a las 10, abrirte en bragas y que me beses, me beses como si llevaras mucho sin hacerlo, mientras me acorralas contra la pared y dejas tus cosas.
Acordarme de que me cojas en brazos, me digas que estoy preciosa y pongas esa sonrisa tuya que sólo te he visto cuando estamos a solas, mientras no eres capaz de recuperar la respiración. Notar tu corazón acelerado contra mí. Sentir que no eres capaz de apartarte de mí, que sólo eres capaz de besarme, cada vez más, cada vez más rápido, cada vez con más intensidad.
Entonces, decides que es hora de ir hasta mi cama, tumbarnos y dejar que nuestras ganas hagan todo lo demás. Que esas ganas de querernos, de estar cada vez más cerca, lo hagan todo por nosotros. 
Perder la noción del tiempo mientras tú estás en mí. No pensar en nada, sólo en ti, en cómo me haces sentir, en cómo me miras, en cuánto te he echado de menos.
Sentir tus uñas clavándose en mi espalda, mientras las mías arañan la tuya. Morderte, morderte con ganas, soltar todo lo que siento en ese mordisco.
Oír tus "te amo, pequeña" aunque en ese momento no me creería nada de lo que me dijeras.
No callarme nada, decirte todo lo que se me pasa por la cabeza en ese momento.
Mirarte la cara, ser feliz al verte feliz.
Odiarte, odiarte por hacerme tan jodidamente feliz mientras tus caderas dejan moratones en mis muslos.
Es increíble todo lo que me haces sentir con el más mínimo gesto.
Terminar, abrazados, sin querer separarnos ni un milímetro.
¿Quererlo a cada instante? Como si no existiera nada más.

domingo, 22 de septiembre de 2013

A tú, coso estúpido.

Sigo escribiendo entradas con retraso, que ya no es tanto.
Escribo a toda esa gente que en este mes me han hecho sentir algo en especial, ya sea la mayor nolstalgia, como la anterior o la mayor felicidad, como esta.
Hace seis meses(y algunos días) que conocí mi felicidad. A ese, mi mayor amor. A él, mi seienchin.
A ese que captó mi atención desde la primera vez que le conocí(en persona). A ese que a la misma vez me fascinaba y me cortaba. A ese tan extraño como su tatuaje en la mano. (Y sí, a estas alturas ya estoy llorando) A ese que supo evitar sin conocerme que hiciera algo que siempre he hecho, huir. A ese, que aún diciendo que no era bueno, tenía mi confianza con solo mirarle a los ojos. A ese que pensaba y actuaba de igual modo. A ese que no hacía falta decir las cosas, porque ya las sabía. A ese, que sin comerlo ni beberlo, se ha convertido en tanto en mi vida.
Y es que es difícil encontrar a alguien capaz de recorrer hora y media de tren para conocer a alguien. Pero más difícil es que además le tengas tres horas andando sin parar, lloviendo y que no se queje ni una sola vez.
Y es que él era capaz de hacer que yo hablara sin parar, a pesar de que apenas le conocía.
Cada cosa que me ha hecho sentir ha sido especial y única, incomparable a nada anterior a él.
Y es que cada día estoy más enamorada.
Y es que cada día le necesito más.
Le necesito. A él, a sus caricias,  a sus miradas, a su media sonrisa que me derrite, a sus abrazos, a los despertares en su cama.
Y si algo he aprendido en estos seis meses es que no conoces realmente a alguien cuando solo le ves actuar en una situación determinada.
Y si algo me has enseñado en estos seis meses es que no estoy sola.
Y si algo he odiado ha sido que sepas ver todo a través de mí, no ser capaz de no preocuparte por las cosas.
Y si algo necesito a cada momento, es a ti.
Llegaste en no buen momento y me pusiste todo patas arriba.
Gracias por estos seis meses, quepeño.

A ti, mi genia.

Hoy, escribo, con mayor sensación de haber llegado tarde que cuando te conocí.
Escribo, tarde como siempre, debiéndome muchas entradas pendientes, tantas, que no sé por dónde empezar a escribir. Sé que esta noche va a ser dura, ya que todas las entradas que tengo escritas me han hecho llorar, ya sea de alegría o de tristeza, o de las dos, como es el caso de esta.
Sé, sin embargo, a quién va la primera. A ella, a la mejor, a mi genia de la lámpara.

Dicen que cuando alguien muere solemos recordarles como gente perfecta, sin errores, les idealizamos. 
Me considero una de las pocas personas(lo más probable es que me equivoque) que actualmente saben apreciar lo que sucede a su alrededor sin mentirse para un "todo está bien".

"He tardado en escribirte, abuela. Tú y yo sabemos por qué, o por quién, no lo pude hacer en su momento. Espero, también sepas cuáles eran mis intenciones, mis ideas en ese día, mi mayor preocupación. No todo me va tan bien como esperaba, ¿sabes? He perdido mucho en este año, pero considero que también he ganado bastante, y probablemente he ganado más de lo que perdí. Estoy más sola, sí, pero también más acompañada, más comprendida. Este es mi último año, ¿sabes? Tengo mucho miedo. Sigo pensando qué pasaría el día de mi graduación si tú estuvieras aquí, conmigo. Tú, con tu falda de flores, con tu mejor sonrisa, dándome esos achuchones que tanto echo de menos, como cuando era pequeña.
Te echo de menos, abuela."
Escribo esta carta tarde, dos semanas tarde. Quizá será que hasta ahora no me he atrevido a pensar tanto en ti, genia.
He de decir, que sólo se me olvidó decirte una cosa y es "GRACIAS".

06/09/2011 - 06/09/2013

jueves, 12 de septiembre de 2013

Querida alma gemela, sólo espero que me leas.

Un día como hoy sólo puedo echarla de menos. Echar de menos sus abrazos, tantos momentos, tantas risas, tanta confianza. Hace tiempo que no tengo una mejor amiga con la que sentarme en el banco o en las escaleras de una iglesia a contarnos las cosas. Alguien con quien hablar de verdad de todos mis miedos, de todo lo que me pasa por dentro. Hace tiempo que dejé de saber qué era amistad y qué no, en quién confiar y creo, que como no lo sabía, dejé de confiar en todos.
No sé expresar lo que es no tener a ese alguien que he tenido siempre, ese que me comprende con sólo mirarle o que cuando decimos de pillar la matrícula de alguien, cada una sabe lo que tiene que mirar sin decírnoslo. Pensar lo mismo a la vez, actuar igual, reírnos hasta por las cosas malas que nos vengan.
Echo de menos ese sentimiento de que todo va bien cuando estoy con alguien que de verdad me comprende y con el cual puedo hablar todo. Echo de menos sentir que está siempre a tu lado, que aunque llevéis días sin hablar, te va a llamar y te va a contar todo, con pelos y señales, demostrándote que le importas.
No sé cuándo cambió todo y se fue todo a la mierda, la confianza se transformó en ataques, la comprensión, en indiferencia. No sé en realidad qué pasó para que todo esté así. Supongo que soy yo, mi paranoia, mi falta de confianza en mí misma. Supongo que te fallé, que no te apoyé lo suficiente, o no al menos como te merecías después de tantos años y de tanto.
Hoy, mirando atrás, a tantos años, a tantos momentos, a tanto que tiene que ver contigo sólo puedo decir que te echo de menos.

martes, 2 de julio de 2013

Mis miedos se alejan cuando tú no estás en mí.

Un día te dije que te cansarías de mí, que me acabarías odiando. Me refería a todo esto, a mis cambios de humor, a pagarlo todo con quien no debo, a ser tan cría. ¿Creías que te mentía?
Dices que no te conozco del todo, que sólo he visto tu parte buena, ¿en serio crees que tú a mí me conoces del todo? No soy tan estable como suelo mostrar, ni tan fría, ni tan indiferente a lo que sucede a mi alrededor.
Todo me afecta, mucho. Por cualquier tontería me echaré a llorar, deberías tenerlo presente. 
Seré la persona más celosa que te puedas encontrar, aquella que se emparanoiará por lo más mínimo, y que aunque no abra la boca, estará jodidísima. Y créeme, no es precisamente falta de confianza, es, simplemente, mi forma de ser.

Quizá es eso, el miedo. El miedo a que todo esto acabe mal, a acabar peor que cuando empecé. A todo. Miedo a mí. Miedo a ti. Miedo a ser yo.r feliz.

Quizás, y sólo quizás.

Un día te escribo la entrada más bonita del mundo, diciéndote todo lo que te quiero, que eres lo mejor que tengo, que espero estar siempre junto a ti, y al siguiente, sólo quiero mandar todo a la mierda. Dejar que todos los sentimientos que me dominan ahora mismo, manden sobre mí, sobre mi corazón y dejar que hagan que esto se acabe. Será que quizá, los momento malos nunca han compensado a los buenos. ¿Malos? Demasiados: echarte de menos, no verte, celos, paranoias, rayadas, excesiva confianza. ¿Buenos? Los momentos contigo, los cuales, son escasos. ¿De verdad me compensa una semana de pasarlo mal por un día de felicidad contigo?
Quizá tienes razón cuando dices que soy muy joven para joderme así. Es verdad que antes de conocerte estaba echa una mierda, pero ahora mismo no es que esté mucho mejor.
Quizá escribo desde mi cabeza quemada, desde mi sangre ardiendo, desde el más profundo dolor. Quizá sólo necesite tener la cabeza fría un rato, pensar, saber cómo actuar.
Quizá sólo necesito un tiempo, poder pensar, sin que me estés diciendo que me quieres y la balanza se incline a tu favor. 
Quizás, todo quizás, siempre quizás.

lunes, 1 de julio de 2013

It's all so different now, emotions burn me out

Hoy escribo, desde mi vena ñoña. Escribo más enamorada que nunca, tan estúpida como siempre. Escribo por necesidad, por no gritar todo lo que siento, porque necesito que todo lo que me invade ahora mismo, salga de mí, para poder pensar en todo lo que me pasa, poner en orden mis ideas, mis no pocos sentimientos, mis grandes dudas, mi amor por ti.
Han pasado 3 meses y 13 días. No pocas horas juntos, quizá no todas las que querríamos, quizá no tantas escapadas como nos merecíamos. Quizá la distancia es muy puta, pero podría ser peor. También podría ser mejor, estar todos los días juntos, pero ¿sabes? Prefiero estar como estamos, pillarte con todas las ganas de días echándote de menos, lanzarme a ti nada más llegar, sin un hola, dejándote con las palabras en la boca, boca que se pega a la mía y me dice más en un beso que hablando. 
"I'd kill to taste your kiss"

Supongo que es esa sensación de que todo va bien, de que todo irá a mejor, cada vez que estoy a tu lado. Que esa sensación sólo la tengo cuando estoy contigo, abrazada a ti cual mono, desnuda de cintura para arriba, con los ojos cerrados, quietos en mitad de una piscina. Esa calma, esa tranquilidad, el único momento en que mi corazón late tranquilo, sin ninguna arritmia, con el agua por la boca, siendo feliz, como seguramente no he sido un muchísimo tiempo. 
"I never believed in much, but I' believe in this"

Eres todo eso que nunca he querido, pero siempre he necesitado. El único que sabe cómo hacerme salir de mi cabezonería, cómo hacer que me tranquilice, el único que sabe comprender qué me pasa con sólo mirarme. Eres mucho más de lo que me esperaba de alguien. Eres todo eso, que nunca volveré a encontrar. Eres el culpable de que sea feliz, de que madure, de que me vuelva cada día más friki, el que me hace ver cómo son realmente las cosas, todas aquellas cosas que sé cómo son pero no las quiero ver.
Eres el que tiene mis mismas reacciones, mis pensamientos, mi corazón.

-Pues te apago.
+No, no, no, que soy buena.
-Pues te enciendo.
+¡Que noo! Que estoy muy bien como estoy, en standby.
-¿Te importa salir de mi cabeza? -Sonríe mientras me ahoga en su piscina.

No necesito nada más si estoy en tu cama, pegada a ti, con tus brazos rodeándome. No necesito nada, nada excepto a ti, a tus besos, a tus abrazos, incluso a tus muchos arañazos.

-El número de moratones que tengas será directamente proporcional al número de horas que estés conmigo. Es el karma, me maltratas, te castiga.

¿Los mejores moratones? Los que provocan tus caderas en mis muslos. ¿Las mejores marcas? Tus labios en mi cintura.

+Me llevas por la mala vida.
-Te gusta la mala vida.
+No, me gustas tú, que vas por la mala vida.
-Y por eso te gusta la mala vida. ¿Qué se siente al estar a las dos de la mañana en un bar echando un billar sin control paterno?

Gracias, por no dejarme salir corriendo como siempre que han intentado quererme, por atarme bien fuerte para que no me escapara, por enseñarme qué es la felicidad.
Gracias, por esas noches a tu lado. Por todos esos "cinco minutos contigo y me pongo ñoño". Por todas esas sonrisas que me robas, por hacerme sonreír de verdad, como nunca he hecho. 

-Me encanta cuando sonríes.
+Lo hago bastante a menudo.
-Sí, pero esa sonrisa rara vez llega hasta tus ojos, ahora mismo tienes ojos de felicidad.
+Es lo que tú provocas.

Ahora mismo no tengo palabras para expresar todo lo que siento por ti, es superior a todo lo que pueda decir al respecto. Simplemente, gracias. 
Por estos dos días, por hacerme la persona más feliz durante 34 horas seguidas.
Te quiero tanto...

"When the world comes crashing down and the skies begin to fall... I'll wait for you"



"Eres preciosa"

-Eres preciosa. -Le dijo mientras ella estaba sentada encima suya.
Ella baja la mirada, contrariándole, queriendo que deje de decir todas esas cosas que ella siempre ha considerado mentira. No le gusta que la digan que es guapa, mucho menos preciosa, nunca ha pensado que sea así. 
-Sí, bueno, si tú lo dices... -Intenta poner cara de cabreada, pero está demasiado enamorada de él para hacer que se cabrea con él.
-Mírame, -le levanta la mirada hacia él, le hace mirarle a los ojos- eres preciosa, sí, eres preciosa, siempre lo eres. Al menos para mí. 
Ella vuelve a bajar la mirada, avergonzada. Ha pasado tiempo y sin embargo, ella se sigue muriendo de vergüenza cada vez que él la dice algo así. Le quiere. Lo sabe. Sabe que no podría vivir sin esa sonrisa que él sólo tiene para ella, sin esa sonrisa pícara que él pone cada vez que le propone algo. No sabría vivir sin un solo "te quiero enana" suyo.
Le abraza. Le abraza bien fuerte. Él le devuelve el abrazo. Es lo mejor que le ha pasado en la vida. Su sonrisa de verdad. 

jueves, 20 de junio de 2013

Conseguí encontrarme.

En tus labios encontré la calma que necesitaba mientras perdía la razón que me faltaba.
En cada sonrisa tuya me jugué la cordura, que poco a poco se quedó en tu cama.
Si con cada mirada sentía mi corazón que contigo se iba, que cada día, estaba más perdida.
Si me perdí contando los arañazos de tu espalda tras levantarnos de la cama.
Conseguí encontrarme, desnuda en tus brazos, en tu cama, con la promesa de un futuro que nunca sé si llegará.
Conseguí encontrarme, en tu cuello, mientras tus manos recorrían mi cuerpo.
Conseguí perderme, cada momento, cuando los celos me dicen "basta ya".
Conseguí perder la calma, una y otra vez cuando te tenía más cerca cada vez.
Nunca conseguí que mi corazón parara, que se tranquilizara cuando me besabas después de más de una semana sin ti.
Nunca he conseguido nada tan real, y sin embargo, cuando estoy contigo, tranquila, abrazada a ti, me creo que todo es un sueño, que algo tan bonito no me puede ocurrir a mí, que no me merezco ser tan feliz.

viernes, 31 de mayo de 2013

Hoy.

No sé cómo empezar esto, no sé ni siquiera por qué lo escribo. Supongo que me estoy ahogando yo sola, que este nudo en el estómago es demasiado grande como para dejar que siga ahí. Supongo que es la falta de alguien a quien contárselo, la necesidad que tengo de hablarlo y no saber ni tener con quién. Supongo que es demasiado tiempo callándome algo que me está comiendo por dentro. Son las ganas de gritar, de gritar que me ahogo, que no puedo respirar y que aún así, a pesar de todo, las lágrimas no quieren salir de mis ojos. Se niegan a darme ese alivio, a dejar de dolerme. Cojo aire, lo suelto y me ahogo más que antes.
Supongo que es el creer que no me merezco ser feliz. A pesar de que ahora mismo todo sea una mierda, sólo tenga ganas de encerrarme en el armario y no moverme hasta que tenga edad legal para mudarme. A pesar de que lo único que me hace feliz y sonreír ahora mismo es él. Y aún así, aún siendo lo mejor que tengo y posiblemente, lo mejor que he tenido, sigo con la sensación de que no le merezco.
Con la sensación de que algún día se dará cuenta de cómo soy, de que no valgo la pena y se irá, con la primera pelirroja que se le ponga a tiro. Me sigo ahogando en mis propias rayadas, en mis propias paranoias. Sigo pensando que no me lo merezco, que es demasiado bueno, que él podría estar con alguien mucho mejor, más mayor, más guapa, con mejor cuerpo, que no se raye tanto, que viva más cerca.
Y sin embargo y con todo, me eligió a mí. Sigo sin saber por qué.
Sigo sin saber por qué apostó por una cría que sólo le iba a traer problemas, que se iba a echar a llorar cada vez que le viera, que echaría por tierra cada momento bueno. 

Sigo sin saber por qué se me corta la respiración cada vez que le beso, por qué me estoy malacostumbrando a vivir con él, con sus horarios.
Sigo pensando que todo esto es un sueño, que en cualquier momento llegará cualquier otra mejor que yo y me dará puerta. 
¿Mal pensada? Piensa mal y acertarás más veces. 
Quiero creer que todo esto, todas estas rayadas, todas estas comidas de cabeza y de más royos, están sólo en mi cabeza. Que nada en realidad es así. 
Pero no puedo. El pesimismo puede conmigo. Es superior a mí. Es mi propio demonio, el que no me deja ver las cosas de una manera ya no positiva, más bien objetiva. 
Hoy será una de esas tantas noches sin dormir. 

viernes, 26 de abril de 2013

I say I love you.

No sé explicar el cómo ni el por qué. No sé si ha sido a bien o a mal. He cambiado, sí, lo sé. He cambiado y no sé si ha sido un buen cambio. He cambiado, lo noto en mí, en la gente, en mi actitud.
He dejado de sentir lo que sentía, he dejado de callarme cosas que siempre me he callado, he empezado a hartarme de todo. 
He dejado de aguantar a la gente, he dejado de aguantarme a mí. Será que he dejado de esperar cosas de la gente y he empezado a esperar demasiado de mí. Será que me he dado cuenta de cómo son las cosas, de la realidad, no de mi realidad.
He empezado a comportarme de una forma distinta, peor quizá. No puedo arrepentirme de nada, de nada de estos días que haya dicho o hecho. No puedo decir que lo siento, porque no lo hago. No puedo pedir perdón por las malas contestaciones, las malas miradas, las malas conductas, porque no lo siento. No me parece ético decir o hacer algo que no siento. 
No me gusta engañarme, lo he hecho bastante tiempo. 
Sólo pediré perdón por no haber estado a la altura de lo que muchos esperaban de mí, de haberles fallado últimamente, de haberles defraudado. Tampoco es algo que sienta demasiado, no puedes esperar nada de nadie, y si es una desequilibrada como yo, aún menos. 
Puede que sea distinto todo, puede que todo haya cambiado, pero supongo que las personas de verdad, tus amigos, siempre están. Si dejan de estarlo a la mínima, quizá, es que nunca lo han sido de verdad. Considera amigo a aquel que te dice las cosas, sin importarle que te puedas llegar a cabrear, a la cara, por mucho que duelan. Aquel que no tome la vía rápida de mandarte a la mierda, que te diga las cuatro cosas que necesitas oír para volver a la realidad, no que te mienta. Aquel que te apoya, no que te hunde más. Aquel que a la hora de echarte la bronca, se ríe de ti.
No puedes considerar "mejor amigo" a alguien que te ataca donde más te duele, a malas. Puedes soltar cosas, soltarlas de coña, pero no a hacer daño. Eso, no es un amigo.
Quizá sea que mis conceptos sean distintos, quizá sea que soy peor que antes, que estoy más insoportable que nunca. Será que cada día amigos, menos. 
Es posible que en este mes y 8 días haya cambiado bestialmente, haya empeorado mucho mi carácter, me haya encabezonado con algo y no haya salido de ahí, pero por una vez, algo me va bien en la vida y ni pienso joderla ni perderlo. 
He dejado de tener claras muchas cosas que antes tenía por cristalinas. He dejado de saber qué siento realmente por la gente. He dejado de saber cuándo todo va bien o mal. He dejado de sonreír a cosas que antes hacía, para poner mala cara y una mala contestación.
¿Borde? ¿yo? No sé de qué me hablas. 

Quizá sea que necesitaba un cambio, dejar de ser la que siempre se pensaba las cosas mi veces, la que actuaba para caer bien, la que no era ella con la gente. Me he dado cuenta, quizá tarde, de que si no te quieren o valoran por cómo eres, vas a estar engañándote siempre. No quiero seguir engañándome, mucho lo he hecho ya.
Le he querido, mucho, como creía que no volvería a hacer. Le he querido hasta hartarme a llorar. Le he querido, hasta que ya no he podido más.
De repente, apareció él, como una luz en la oscuridad, como una linterna en una cueva sin fin. Me sacó de toda esa mierda, de todo ese sufrimiento. Me hizo borrar cualquier entrada que describiera dolor, me hizo sonreír y me enamoró. 
Me hace temblar cada vez que me mira y sonríe, cada vez que se acerca a darme un beso, cada vez que su nariz roza la mía.  
Hace que todo en mi interior se agite cuando me roza, que mi corazón de saltos cuando me coge y me besa.
Hace que toda esa sensación de estar haciendo todo mal con la gente, de pronto, se borre.
Hace que sólo le vea a él, no a lo que hago mal, me hace ver que no siempre soy la bruja, que de vez en cuando, puedo ser la protagonista de este libro que espero, nunca tenga final.

"Please don't forgive me"



martes, 9 de abril de 2013

You're the one.

"We all need that person who can be true to you"
Esta sociedad nos enseña desde pequeños que necesitamos de alguien para ser felices.
Sin embargo, no nos enseñan a ser felices con lo que tenemos, nos hacen querer lo que no tenemos y acabar por aborrecer aquello que sí tenemos.
Sí que es verdad que teniendo a alguien a tu lado, yendo las cosas bien, puedes llegar a ser muy feliz, sobretodo si es algo inesperado. Cuando esperamos algo, nos hacemos muchas ilusiones y las cosas no siempre vienen como nos las esperamos y nos podemos llevar una gran desilusión. Si no esperas algo, cuando sucede todo es ilusión, al menos al principio.
No nos conformamos con nada de lo que tenemos, siempre pensamos que merecemos más, o no nos gusta lo que tenemos, sin darnos cuenta que en un segundo, todo puede cambiar, para bien o para mal. Si va a bien, pues genial, aún así seguiremos quejándonos y pidiendo más. Si va a mal, la cosa cambia. Nos empezamos a lamentar por lo perdido, a valorar lo que teníamos, a querer volver a lo anterior. Nos martirizamos y no sabemos o no dejamos ver lo bueno que puedes tener.
No necesitamos a nadie realmente para sonreír, no mientras aprendas a quererte a ti mismo, nos sepamos valorar y estemos bien con nosotros mismos. Creemos que como nadie nos quiere, por algo será y acabamos por no querernos ni nosotros mismos. 
Lo curioso es, que para que alguien te quiera, y tú poder quererle, primero tenemos que aprender a querernos a nosotros mismos.
No podemos estar todo el día lamentándonos por lo que tenemos o por lo que hemos perdido, hay que empezar a valorar lo que se tiene.
Lucha por tus sueños, sin dejar de cuidar lo que tienes, sin cerrarte puertas, sin joderlo.
Lucha por sonreír, sin más ayuda que tu propia felicidad, yo ya he perdido este juego.
Lucha por ti, por conseguir aquel cambio que tanto deseas.
Lucha por mí, porque no me estampe bajando sin frenos esta cuesta kilométrica que últimamente es mi vida.
Lucha porque aquello que tienes sea exactamente lo que necesitas, no caprichos temporales.
Lucha por no arrepentirte de aquellas cosas que has perdido.
Lucha por sólo necesitar aquello que tienes, que sepas que nunca vas a perder y no necesitar cosas o personas imposibles.
Lucha por ti, siempre por ti, por tu felicidad.
Yo lucharé por ti, luchar por mí ya no me servirá.

Eres.

Eres la sonrisa pintada en mi cara, el brillo que delata mis ojos soñadores.
Eres la ilusión que nunca había tenido, el aire que se escapa de mis pulmones cuando te vas.
Eres la risa que sale de mi boca y llena tus oídos, la mirada de amor que nunca tuve.
Eres la dulzura que necesitaba mi agria vida, el vivir dentro de mi sobrevivir.
Eres el choque de realidad que nunca había tenido, el mundo en el que me muevo.
Eres la fuerza que destruye mis muros, la calma en la tormenta.
Eres lo positivo que necesitaba, el error más bonito.
Eres un todo que apareció de la nada.

domingo, 7 de abril de 2013

Ña.

No sé si es amor porque no sé si realmente existe y porque, sencillamente, no sé lo que es. No sé si estoy enamorada, no sé lo que es estar enamorada. Sólo sé lo que siento cada vez que le veo.
¿Lo que siento es amor? No lo sé, simplemente eso, no lo sé.
Sólo sé que nunca he estado así. Nunca he sentido nada como lo que estoy sintiendo. Nunca he sido como lo estoy siendo desde que le conozco.
No sé lo que es estar enamorada, sólo sé que cada vez que le veo después de días sin verle, mi corazón decide que es hora de acelerarse, mi voz, que es hora de quebrarse, mi cuerpo, que es hora de temblar, mi estómago, que es hora de dar vuelcos como si estuviera en una puta montaña rusa.
Sé que cada vez que me roza, mi corazón decide que se la sudan las venas, arterias y capilares y se pone a hacer mortales. Luego me besa, después de días sin verle, después de echarle de menos, muy breve, pero mi corazón ya va a mil.
Me doy cuenta que lo mejor, lo experimento con él. Lo peor, por él.
Completa y absolutamente capaz de cambiar mi estado de ánimo en 5 segundos.
Capaz de hacerme quererle más cuando se me abraza como si fuera un niño y le veo tan frágil.
Me hace quererle más cada vez que, sin venir a cuento, me susurra un "te quiero" que sólo oímos él y yo.

martes, 19 de marzo de 2013

18.03.2013

Soy esa que no está hecha para ser feliz, y que lo está empezando a ser. Esa que está acojonada porque todo va demasiado bien y no es costumbre.
He de confesar que me muero de miedo. Nunca he estado así, tanto de felicidad como de necesidad de alguien.
Sí, sigo siendo la que nunca muestra las cosas, la que pone la misma cara ya sea feliz o esté muerta por dentro.
"Deberías mostrar más lo que sientes, con cuidado, para que nadie te joda, pero deberías empezar a hacerlo"
Empiezo a mostrar la más pura felicidad, la más mínima sonrisa por tonterías, las ganas de reír a cada segundo.

+¿Tienes idea del tiempo que hacía que no sonreía de verdad? Me he dado cuenta hoy. Me reía pero era todo apariencia, hoy me salía la risa sola.
-¿Sabes el tiempo que llevo sin ser optimista?
+¿Alguna vez lo has sido?
-Vale, me has pillado, pero lo estoy empezando a ser, gracias a ti.

No estoy hecha para quererte, y sin embargo, lo hago. No estoy hecha para querer en general, pero has sabido "sortear mis muros" demasiado bien.


-Déjame.
+Déjote. Eres libre, vuela cual pájaro.
-Pero... libre, libre?
+Como el aire.

-¿Para hacer lo que quiera? 
-Sí.
+¿Con quien quiera?
-Sí.
+Vale, serás informado de los cuernos entonces.
-Ba, cúrratelo mejor, no queda creíble.
+Bueno, luego no me vengas con que no te he avisado
-Entonces es recíproco, ¿no?
+No.
-¿Yo también soy libre?
+No.
-Pero eso no es justo.
+La vida no es justa, cariño.
-O los dos o ninguno.
+No, yo sola.
-Con lo que me ha costado a mí, suerte al que lo intente. Es como escalar una montaña, sin cuerda ni asideros. Tienes muchos muros alrededor.
+Vale, sí, estás hablando de mí.

"Si llega el caso y sabe hacerlo, merece una oportunidad". Has sabido hacerlo demasiado bien, hacerme algo en cuestión de días increíble.

-Querer ayudar a alguien a que no pase por lo mismo, sea justo o no me parece correcto.
+¿Estás conmigo solo para ayudarme?
-Sabes de sobra que no, pero si de paso puedo ayudarte, mejor, ¿no?
+Supongo.
-No cambies mis palabras, que veo que te rallas por momentos.
+No las cambio, y no me rallo. Tchs.
-Indignada.
+Siempre.

Uno y mil días como estos dos. 

lunes, 18 de marzo de 2013

Me escribo, te escribo

Escribo desde la más absoluta necesidad de hacerlo, sin tener ni idea de qué, simplemente, lo necesito.
Necesito escribir para mí, para demostrarme que todo esto es verdad, que no es una ilusión de las mías, de esas que se desvanecen cuando le veo. 
Necesito escribir para decirme a mí misma, que ese "tú" al que siempre he escrito, ha cambiado, se ha ido, se ha desvanecido en mi mente. Que ese "tú" ha cambiado de dueño. 
Escribirme, para hacerme ver la realidad. Lo que he vivido, lo que estoy viviendo, y lo que viviré.
Para darme cuenta de que ese "he vivido, estoy viviendo y viviré" con mi anterior "tú" nunca se va a dar como yo quiero.
Para darme cuenta de que todo ha cambiado. Que en un día, me han hecho cambiar más que en un año. Que en una tarde, me han hecho querer algo que ni había imaginado tener nunca. 
Escribo para decirme que se acabó. Tú y yo seremos muy parecidos, pero tan distintos que no somos capaces de entendernos. Nunca seremos capaces no hacernos daño, aunque sea sin querer. 
Decirme que se acabó, el pensarte a todas horas, el querer que me quieras. Decirte que todo ha cambiado, al menos en mí.
Decirme que estoy bien, mejor que nunca si me apuras. Que me has hecho ver cosas de un modo que nunca imaginaría.
Me escribo porque sí, porque lo necesitaba, para hacerme ver que las cosas menos esperadas, son las mejores, que eres lo mejor.
Me escribo para decirte adiós, te escribo para decirte que he dejado de pertenecerte.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Mi guerra, mi vida.

-¡Sonríe!-decían.
+Ya lo hago. -contestaba yo.
-Sé feliz. -decían.
+Lo intento. -contestaba yo.
-Busca a tu príncipe. -decían.
+Me he cansado. -contestaba yo.
-No te rindas. -decían.
+¿Acaso ves que lo haga?- contestaba yo.
-Sé fuerte. -decían.
+¿Te parece que sea débil?-contestaba yo.
-No entiendo por qué eres así. -decían.
+A ti qué te importa, joder. -contestaba yo.
-Pero...
+Me cansas, me hartáis, olvidadme. -me hartaba yo.

No necesito a alguien que me diga lo que tengo o no tengo que hacer, no necesito que me ayudes a ser como tú quieres que sea. 

Déjame ser feliz, llorar, cansarme, luchar o rendirme.
Es mi guerra, es mi vida.

viernes, 8 de marzo de 2013

Hacia arriba.

Fue ahí donde me di cuenta. Sentada debajo de mi mesa, llorando como llevaba días haciendo. En silencio, para que mi madre no se preocupara. Lloraba por ti, por mí, por todo lo que nunca seremos. Sólo esperaba que se pasara, que algún día esto terminaría, que dejaría de llorar y todo iría bien. Sin tener la certeza de que ese día llegara. Sin tener la certeza de que esto, por fin, se acabara.
Entonces, apareces tú, como un salvavidas, sin tener ni idea de nada. Ese don, que te hace tan especial y que siempre te agradeceré. Me sacas de debajo de mi mesa, me haces respirar y me obligas a pensar. 
Tiras de mí y me haces razonar y entender qué es bueno para mí. Me haces ver que no le necesito, que no me puedo hacer esto, que necesito ser feliz, y si tiene que ser sin él, lo será. Me enseñaste que no puedo depender de alguien, de cómo me trate, de cómo me haga sentir, para ser yo. 
Me sacaste de la más honda depresión y me sacaste hacia la superficie. Me diste la fuerza que me faltaba sin pedir nada a cambio.
Nunca, jamás podré agradecerte eso, que llegaras en el peor momento y lo convirtieras en el mejor. Nunca serás del todo consciente del bien que me hiciste, y es por eso por lo que te doy y daré siempre las gracias.

sábado, 23 de febrero de 2013

Forever and always.

Y aquí estoy yo. Sentada en un tren de vuelta a casa, con dos sudaderas y en pantalón corto. Tan ilógica como siempre, con las secuelas de haber sido un gato durante unas horas. 
"Forever and Always" en mis oídos.
Pienso en todo, en nosotros, en ti, en mí.
Pienso en todos esos momentos que hemos vivido juntos hasta ahora, en todas aquellas que no viviremos jamás.
Pienso en cómo me he sentido cada vez que te acercabas, cada vez que he provocado tu sonrisa, cada vez que mi corazón se acelera cuando tus manos rodean mi cuerpo.
Pienso en todas esas veces que mi corazón ha amenazado con salirse de mi pecho con ese beso que nunca nos dimos. En todos esos "te quiero" que nunca nos dijimos. Todas esas sonrisas que se quedaron congeladas en mis labios.
¿En serio crees que necesito mucho más para imaginar una vida perfecta a tu lado?
I wanna stay here forever and always.

jueves, 14 de febrero de 2013

Y aquí estoy, muerta del asco, como nunca, como siempre. En un día muy bonito para los enamorados, muy asqueroso para los que no tenemos a nadie. Dejad de recordarme toda esta mierda, gracias.
-¿Qué tal te va con los novios?
+JAJAJAJAJAJAAJJAJAJAJA ¿Eso existe de verdad?
-Sabes que sí.
+Pues mal, como siempre, ¿cómo me va a ir?
-Tú tranquila, ya aparecerá alguien.
+Tranquilo, ya he asumido que la culpa es mía. También he asumido que me quedo para vestir santos, o para ser monja, no sé.
-¿Culpa tuya por qué? Si los demás no saben ver lo que vales no es tu culpa.
+Si NADIE es capaz de verlo es porque algo estoy haciendo mal.
-No lo veo así, yo lo supe ver en su día.
Tú, que me quisiste como creo que nadie nunca lo ha hecho. Yo que en cuanto lo noté salí corriendo. 
Pienso que nunca podré pagarte todo lo que has hecho por mí, todas las veces que has sabido que estaba mal sin más. "Hermano", así es como te defino después de tanto y todo. Quizá la jodí como nadie lo ha hecho contigo, quizá no te valoré en su día, sin embargo, aquí estoy, escribiéndote esto que no tiene el menor sentido. Simplemente gracias, por hacer lo que no está escrito por verme feliz.

Perdón.

Perdóname si alguna vez confundí las cosas. Perdóname por llegar a pensar que en tus ojos había algo más que preocupación. Perdón por llegar a pensar alguna vez que alguien como tú pudiera sentir algo por alguien como yo. Perdóname si alguna vez me sentí demasiado segura entre tus brazos. Perdóname si malinterpreté tus palabras. Pido perdón por llegar a pensar que tus tequieros conllevaban algo más que amistad. Perdóname por haber llegado a pensar que algún día, quizá, tú y yo... Perdóname siquiera por haber soñado alguna vez contigo. Perdóname por haberme despertado y haberte echado de menos a mi lado. Perdóname por haberte conocido tarde, por llegar cuando ya había alguien.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Así me defino.

Un desastre, un terremoto, una nerviosa, una repelente, una egoísta, una cobarde, una infantil, un claro ejemplo a no seguir. Así me defino.

Un desastre, que no es capaz de tener las cosas organizadas, pero que a la vez es muy maniática para muchas otras. Un desastre que se olvida hasta la virginidad en cualquier lugar. Un desastre incapaz de organizar siquiera sus sentimientos, sus ideas, sus idas y venidas, su dolor y sus sonrisas. 


Un terremoto, que destruye todo lo que toca, que cuando pasa, se queda con todo.Un terremoto incapaz de dejar las cosas intactas. Un terremoto, que tan pronto entra en tu vida, como que se va, sin más. Un terremoto, sin más.


Una nerviosa, que todo tiene que estar como quiere, sino, se pone histérica. Una nerviosa, incapaz de estarse quieta. Una nerviosa impaciente, que si no tiene lo que quiere y cuando lo quiere, se cabrea.


Una repelente, que cuando conecta el modo insoportable no hay dios que la aguante, ni ella misma. Una repelente, que ni sabe lo que quiere ni lo quiere saber. Una repelente incapaz de no molestar.


Una egoísta, que impone su propia elección ante la ajena. Una egoísta, que aprendió a mirar por sí misma porque los demás no lo hacían. Una egoísta incapaz de ver a los demás felices si ella no lo es.


Una cobarde, que sale corriendo a la mínima. Una cobarde incapaz de dejar que nadie la quiera. Una cobarde que huye antes de que la alcance el más mínimo atisbo de amor.


Una infantil, que sólo es feliz cuando se comporta como una cría inmadura. Una infantil que juega a ser mayor, sin llegar a asumir el riesgo de madurar. Una infantil incapaz de querer ver la realidad.


Un claro ejemplo a no seguir, la típica que cae mal a las madres, ya sea por sus pintas, por sus medias rotas, por sus deportivas viejas, por sus malas ideas, por sus idas y venidas sin explicación, por sus escapadas de la realidad.

miércoles, 30 de enero de 2013

No soy ninguna princesa.

No soy ninguna princesa, no quiero un príncipe azul, no exijo un cuento de hadas. No quiero un amor de película, ni una película de amor. No necesito al chaval más guapo a mi lado. Ni al más "malote" defendiéndome. No necesito un defensor, ni un escolta. No exijo la pareja más bonita. Ese "perf" de "ecto". No quiero vivir una historia de novela. 
No necesito nada, y sin embargo lo necesito todo. "Puede ser que yo exija demasiado, sólo quiero la mitad del dolor, de todo lo que he llorado y no vivir preocupado por esa prisa por amar, quizá sólo la encuentro cuando deje de buscar". 
No soy una princesa, no soy una señorita educada. Soy una puta mal hablada, maleducada (cuando debo) y muy marimacho. Blasfemo, insulto, el "puta" no se va nunca de mi boca, soy una bestia, suelto burradas. Y sí, prefiero un "me corro" antes que un "Oh, qué bonito". Mis palabras "bonitas" hacia los que quiero son pipiolo, gilipollas, zorra. No tienes novia, tienes "chorba". No hay chicos y chicas, hay troncos, troncas, pives, pivas y muchas guarras.
"A las damas se les enamora con un "estás preciosa", a las zorras con un "estas buena"." Lo siento, soy una zorra. No me gusta que me digan que soy o estoy guapa. No me gusta que me llamen preciosa. No acepto el que me llamen princesa. No quiero nada de eso. Ningún diminutivo y mucho menos cursiladas. 
Suelto cosas que no debo, cuando no debo y con quien no debo. 
"Dices que te hago daño, ¿es que no entiendes que te extraño a mi manera? Ya que preguntas, pa' ahogar mis penas, me fui de putas la noche entera". Y otros de los grandes poemas con los que se me conquista. 
"I'm not insane, I'm not insane" No pillo indirectas, ni si quiera directas camufladas. Soy una torpe en todo lo que conlleva enterarme de las cosas (algunas). A mí las cosas por delante y a la cara. Una sonrisa, no me dice nada. Un abrazo tampoco.
"Ni contigo ni sin ti, estás conmigo o contra mí" Muy cruel, una puta borde, vaya. Tengo la mala costumbre de decir la verdad a la cara, si algo me molesta, lo suelto. 
"Y ya naide ni na' valen la pena!" No soy cariñosa, no me gusta serlo. ¿Te he dicho te quiero? Date con un canto en los dientes, eso es excesivo hasta para mí.
"Y si fuera mi vida una escalera, me la he pasao entera buscando el siguiente escalón". La vida es eso que pasa desde que yo siento algo por alguien y lo cuento. Por desgracia tengo la mala costumbre de contarlo cuando ya no existe nada.