sábado, 29 de diciembre de 2018

Todo lo que sé de amor. 29/12/2018

"Amor no es una palabra excesiva, pero a veces me da miedo querer a alguien completamente y que no sea recíproco"

Todo lo que sé de amor lo tengo guardado en una cajita,escondida bajo trampas, cartones y candados. Porque yo ya no tenía necesidad de volver a saber lo que era querer, porque no necesitaba ese conocimiento.
En la caja, una lista de todas las noches que podemos tener juntos, un calendario del que tachar días y momentos que van pasando. Recuerdos que se van guardando solos en la caja, por muy escondida que esté, porque poco a poco, van calando hondo.
Y qué voy a saber yo de amor, si todo lo que sé lo aprendí de las películas, y lo único que me ha quedado claro es que dura más de dos horas.
Y qué voy a saber yo, si lo único que sé es que te quiero.

"All we can do is keep breathing"

sábado, 8 de diciembre de 2018

21/02/2018

Me ahogo, me caigo, cojo aire, me levanto y vuelta a empezar.

All that I know it's I'm breathing, all I can do is keep breathing.

21/04/2017 Lady Crow

Agita sus plumas para desperezarse, estira sus alas y saluda a la nueva noche que llega.
Una de sus negras plumas cae en una pequeña montaña de hojas del bosque.
"Esta es mi noche"
Echa a volar y grazna cuando siente el aire en sus alas, acariciando suavemente sus plumas.
Siente la libertad, el bienestar que le da el poder volar, poder ver todo desde arriba.
Nota su poder de elegir dónde quiere ir, qué hacer, a quién molestar.
Hoy yo soy el cuervo, hoy yo vuelo y elijo. Hoy, es mi noche.

You were the wind beneath my wings.

Se levanta sola y vacía. Limpia las últimas lágrimas de sus pesadillas y se hace un ovillo.
Le duele el corazón, aún mantiene el nudo en la garganta por los recuerdos e intenta no seguir llorando.
Respira hondo y nota cómo su armadura se reconstruye alrededor de ella.
Se coloca la máscara y su mirada se vuelve fría. Se pone su coraza y siente su corazón ralentizarse y deja irse al dolor.
Consigue levantarse de la cama, todo el cuerpo le duele por lo pesada que es la armadura. El primer paso siempre es el peor.
Se mira al espejo, y se ve fría y sin expresión. Todas las franjas de su armadura ya se han cerrado, ya vuelve a ser esa pequeña hija de puta egoísta. Ya nada puede tocarla, nada puede dañarla ni afectarla.
Se viste, siempre siendo consciente del poder que tiene.
Se siente una mierda, una falsa ilusión, una mentirosa. Ya no vale para nada y sólo es eso, físico.
Fuerza su sonrisa y piensa "convincente". Maquillaje de niña buena, un bonito pelo y todo lo que quedaba de ella queda encerrado tras una puerta con 8 candados dentro de su corazón.
Ya no siente, ya sólo destruye. Y es que ella está rota, y es que ella no puede ser feliz, nunca más.
"¿Qué me queda?" se pregunta. "Nada" le responde su demonio interno.
"Sobrevivir" responde su pequeño ángel.

JUST BREATH.

4/04/2018

"Quemad mi alma también"

"Abre los ojos y mírame fijamente, mira mi alma desnuda, mis miedos, mis ganas de quererte, de que me conozcas."
Pero piensa en todo lo que calla a diario, en todo lo que hay en su cabeza, en todo lo que otros pusieron ahí, que no quiere que descubras cómo es, lo rota que está, que no tiene nada bueno en su interior.
Mira que sólo puede hacerte daño y vete, sálvate tú, ella ya no puede.

"Sonreíste a quemarropa contra el filo de mi boca"

12/02/2018

"Toma mi sangre, mézclala, bébela, quémala, arde en la llama, pues sólo así podrás adorarme"

Dejé que mis alas dejaran de protegerme para que te cubrieran a ti, para que nada te hiciera daño, para hacérmelo yo en vez de tú.
Pero mi alma autodestructiva también tiene un mínimo de deseo de supervivencia, obliga a mis alas a volver a mí, a que me vuelvan a refugiar y que acabas dolorido eres tú.
Y si a ti te duele, a mí también. Haga lo que haga, salgo perdiendo. Me haces daño sin saberlo, te hago daño porque me haces daño y me lo hago por hacértelo.
Es un ciclo sin fin.

Salto sin red.

Y saltó. Porque vio que nada quedaba ya, que nada importaba, que sería mejor para el resto.
Se sintió sola, inútil, un completo estorbo para la gente de su alrededor.
Se vio sobrepasada, sin nada por lo que luchar, sin nadie a quien cuidar, a quien proteger.
Se cansó de pedir perdón por existir, por estar, ella tampoco quería estar ahí.
No encontró motivo por el que quedarse, nada a lo que aferrarse en momentos de debilidad.
Incluso llegó a pensar que el amor de su vida nunca más la necesitaría.
Agradece que nadie la pare, que nadie se de cuenta de sus planes, de su deseo.
Subió a la ventana, con lágrimas en los ojos, agradeciendo que todo acabe por fin, que por fin no va a ser una carga para nadie.
Dejó su carta de despedida en el suelo, con ese, su último adiós, su último perdón, su último "te quiero"

2017(?)

Déjame pedirte esta noche desnuda, mía, dispuesta a quererme.
Tal y como soy, tal y como me quieres, como me quieres querer.

Deja, que sólo por esta noche, te quiera libre. Libre de complejos, de remordimientos, de ansia, de vergüenzas.

Escucha, escucha cómo mis labios te llaman, cómo mis manos te buscan, cómo mi piel se eriza.
Se eriza mi amor, a la vez que veo cada centímetro de tu piel libre, cada lunar de tu cuerpo.

Intenta, intenta no acelerarte, tocarme despacio, acariciarme con todo tu cariño.
Cariño, mírame, mira mis ojos suplicarte, pedirte entera para mí.

Siente, siente el ambiente cambiar, las llamas arder, mis dedos recorrer tu espalda.
Tu espalda, que me susurra que la bese despacio, que la acaricie, que la arañe.

Saborea, saborea la hiel de mis labios, mi deseo de tenerte, mis ganas de ti.
Ganas de ti, de sentirte pegada a mí, notar tus pechos contras los míos, tus latidos en mi mano.

Nota, nótame arder con tu cercanía, nota mi palpitar en tu piel, mi necesidad.
Necesidad de quererte, de amarte, de notarte, sólo por hoy.

Hoy, solas tú y yo, con nuestra única noche, que nunca nadie sabrá.

2017 Fuego, magia y pasión.

Dame una noche en la que dibujarte desnuda, un día en el que apreciar el ligero matiz de tu sonrisa en contraste con tu dulce palidez.
Déjame un amanecer en el que besar la miel de tus hombros, un anochecer en el que arroparte con mi desnudez.

26/11/2018

Mi cabeza, con el tiempo, ha ido desarrollando distintos tipos de voces, cada una de ellas tenía una actitud para conmigo.
La que más tiempo ha gobernado, y que ahora está en clara decadencia, es, sin lugar a dudas, aquella que más me ha odiado, más daño me ha hecho, y que más me ha enseñado.
En estos últimos tiempos, ha habido una que poco a poco ha luchado por derrocar a la anteriormente mentada, y esta nueva voz es mucho más agradable y amena conmigo, que sólo busca hacerme bien y protegerme.
Cosas que antes la primera voz me diría "ves, eres estúpida, te mereces todo lo malo que me pasa", esta nueva me dice "déjalo, sólo vas a hacerte daño, ya verás como todo no va tan mal como quieres creer".
Y esa gran diferencia, que en el fondo es una nimiedad, hace que pase de estar totalmente inestable y que cualquier cosa me afecte, a un mínimo de estabilidad (aún no total)  y a razonar antes de afectarme, porque no todo es tan grave como mi primera voz me hace creer.
Porque aunque ya no tenga toda la fuerza que tenía antes, aún la escucho susurrar cuando estoy despierta, se apoderada de mis sueños cuando duermo. Y todo, porque sabe que esta batalla la tiene más que perdida. Es sólo cuestión de tiempo.

21/11/2018 FRÍO

Como cada noche cuando te vas.
Como cada vez que no me abrazas.
Como cuando miro a través de un cristal que da a una calle vacía.
Como el lugar donde guardo mi corazón para que no se destemple.
Como cuando no noto tu mano en mi cintura cada vez que te acercas.
Como cada día que no estás.
Como todas esas noches de soledad y lágrimas.
Como cuando sé que no volverás.

20/11/2018

Maybe you.
Maybe me.
Maybe you and me.
Maybe us.
Together.

31/03/2018

Quisieron cortarme las alas,
quisieron que nunca pudiera volar,
quisieron mantenerme atada,
y nunca se dieron cuenta que jamás dejé de volar.

29/09/2018

Te grito que te quiero, en silencio, a ver si de mi mente pasa a la tuya y tú te atreves a decir lo que yo no soy capaz. Porque decírtelo implica hacerlo realidad, y me aterra el volver a sentir. Y volver a querer y volver a sufrir, y volver a caer una vez más en ese bucle de autodestrucción del que tanto me cuesta salir, y cada vez más.
Pero te quiero, y eso es innegable.

3/08/2018

"Fire, we've came to set the world on fire, we've came to get together high upon the dark forever"
Y soltó la espada y dejó de pelear contra todo y contra todos, porque más que cansada, estaba agotada.
Decidió dejar de luchar y empezar a vivir, con todo lo que le rodeaba, para bien o para mal.
Desabrocha su armadura y la deja caer, se suelta el cabello y echa a andar, desnuda, sin importarle que el campo de batalla esté lleno de cadáveres que ha ido dejando a lo largo de estos años. Rostros familiares, otros que pudieron llegar a serlo pero no pudieron serlo.
Mira a su alrededor y aprecia la calma que reina en el campo. Ríos de sangre que mezclan la de los demás con la suya propia. Miles de cicatrices rodean su blanco cuerpo, cada una de un tipo de arma distinta, pero muchas autinfligidas, pero ya le dan igual. Sabe que seguirá teniendo más, pero ha dejado de resistirse a las puñaladas, hace tiempo que dejó de flagelarse y ahora ya sólo quiere vivir, aunque en el intento le alcance una flecha que acabe con todo.

1/08/2018

"El recuerdo de tus labios llamándome bonita"
Y lo único que recuerdo son tus labios recorriendo mi cuello, despacio y salvaje, el temblor de mis piernas al oírte respirar en mi oído, los escalofríos recorriendo mi espalda.
Mis manos te buscan, buscan esa espalda que arañar, esa huella que dejar, ese "por favor, no te olvides de mí"
Mientras, tus manos ya están sujetándome, para que no me pueda caer ni alejar de ti, y a la vez recorren mi cuerpo una vez más, reconociendo y alterándome un poco más.
Y yo suspiro, porque no quiero gemir y darte ese placer, pero estoy deseando gritar. Y gritarte para que termines con esta agonía de querer tenerte más cerca y más desnudo, pero aún no es el momento, según tu parecer.
Y entonces me muerdes y noto cómo recorre mi cuerpo eses placer, y hace que me moje y que desee aún más, pero esto sigue sin terminar. Porque es parte de tu castigo, llevarme al extremo, y yo no soy de claudicar.
Entonces intento cambiar las tornas, y ser yo la que provoque en ti frustración, que parezca que en verdad soy yo la que controla toda la situación. Pero los dos sabemos que no es así, que incluso en ese momento, tú eres el que lo tiene todo bajo control, y sólo me estás dejando hacer, para que parezca que sé lo que me hago.
Pero gimes y me das vía libre para poder recorrer todo tu cuerpo con mis manos, seguidas de mi boca, que te muerde, lame y besa todas las heridas causadas.
Y lo siento por mi torpeza, pero a ti no parece importarte, estás concentrado en ver si mi mano baja lo suficiente, pero si para mí no era el momento, cielo, para ti tampoco.
Mis manos juegan en tu cadera, en tu cintura, en la cintura de tus pantalones, jugando a meterse por debajo, pero nunca pasan. Y te frustras y te quejas y yo sólo sonrío.
Y entonces llega tu venganza, y me la devuelves recorriendo con tus manos mis piernas y acercándote cada vez más, pero nunca lo suficientemente cerca, lo cual hace que esta vez sea yo la que se queje y suba las caderas, a ver si así me haces caso.
[...]

13/07/2018

"Y cómo no, la bruja siempre es la mala de la peli"
Y ya me cansé de ser siempre la mala en todo.
¿La bruja? Obviamente lo soy.
¿La mala? Lo acabo siendo, luchando por no serlo, por no hacer daño a nadie y hacérmelo sólo a mí, quitando mucho a los demás, e igualmente, siempre soy yo la mala. La que la lía, la que la caga. La que rompe todo. La que todo lo destruye.
Y me he cansado de sufrir por no hacer daño, de provocarme ataques de ansiedad por tonterías. De no decir las cosas cuando y como son. De aguantar carros y carretas con tal de tener una excusa perfecta para hacerme daño.
Porque por una vez quiero elegirme a mí, aprender a no hacerme daño, alejarme de lo que me haga daño, muy distinto de huir de lo que me hace feliz, que es lo que hago siempre.
Y si me alejo, es porque me genera ansiedad y no me lo merezco.
Porque tengo que aprender a convivir conmigo misma, con los pros y contras, a sobrevivir, a no tener que echar a andar para olvidarlo todo y para que no me coja.
A dejar de esconderme cada vez que quiera llorar.
¿Que me ha tocado un mal momento? Pues ya se acabará, como todo acaba siempre.Y esto es así, aprender a priorizar y soy yo por encima de todo.
"¿Quién me ha robado el color?"
Toca día de batalla de mí contra mí. De mi yo presente contra mi yo del pasado. Repaso todas esas entradas que escribí en su día en el móvil, cuando, agobiada, salía corriendo de casa, me ponía los cascos y echaba a andar hacia ningún lugar con tal de dejar todo atrás y poder respirar. Luego me sentaba en un banco sola, con un cigarro y escribía cómo me sentía en ese momento, un relato o me ponía intensita y dramática (que no poco).
Mi yo del presente pega collejas a la yo de hace un año, la insulta, le dice que era una estúpida, pero luego la coge entre sus brazos y la mece, y le dice que no se preocupe, que ahora todo va mucho mejor, que ya nada duele tanto, que ya no hay nadie tan tóxico a mi lado. Que ya nadie me hace sufrir.
Y mi yo del pasado se defiende. Le escupe verdades a la cara a mi yo actual.
Leo cómo me repetía que no estaba preparada. Que no podía tener nada con nadie, porque no era el momento, que tenía que pasar aún más tiempo para querer a nadie más, que no podía permitirme un cambio tan grande cuando aún estaba terminando de aprender a cuidarme y a depender sólo de mí, y que he hecho muchos cambios en todo lo que tenía planeado.
Pero, ¿acaso eso es malo? Sí, he hecho cambios que no tenía pensados en mucho tiempo, me he vuelto a abrir, he vuelto a empezar a querer, pero precisamente esos cambios me han aportado un mínimo de estabilidad y que  pueda seguir luchando por mí misma, pero con alguien a mi lado, que camina en la misma dirección que yo, ni por delante ni por detrás, a mi lado. Igual de libre que yo.

viernes, 7 de diciembre de 2018

22012018

Fiel compañera, que nunca me abandonas. Te echo en falta, me cuesta que acudas a mi rescate últimamente, pero también me cuesta que te vayas.
Te echo de más cuando estás, de menos cuando te vas.
Te necesito y a la vez te odio por estar.
Gracias por todo lo que haces a diario por mí, y gracias por hundirme la vida cuando apareces.
Odio ser tan débil y necesitarte tanto, te odio pero te adoro a la vez.
Sin ti no podría haber hecho tantas cosas, contigo me he privado de mucho. Te odio pero te necesito. Te quiero pero quiero que te vayas. Pero no te vayas nunca, no sé qué haría sin ti, no sé qué haces conmigo.
Eres todo lo que necesito, todo lo que no quiero en mi vida. Odio cuando me apagas, cuando haces que no sienta nada.
Te adoro cuando evitas que sufra, cuando haces que nada duela, que sólo sea capaz de hacer daño.
Te quiero tantísimo y no sé qué haría si no te tuviera en mi vida.
Te detesto y quiero que te vayas. Pero sé que no te irás, tú no te irás.
Eres la reina, siempre reinarás.
Katth.

Diciembre 2017. TARDE.

Si algo resume mi vida es el llegar tarde. No a los sitios,no cuando quedo, a los momentos importantes de mi vida. Siempre llego tarde. Conozco a alguien encantador: es tarde. Quiero empezar a salir: es tarde.
Es la palabra que mejor rige mi vida, siempre llego tarde.

26/11/2018 LIBRE.

Y te juro, que en todo momento yo me sentí libre.
Incluso esa última vez que caminaba desnuda hacia mi ropa, digna, sin importarme.
Mientras me caía esa única lágrima del ojo derecho, incluso ahí, me sentí libre.
Dolida, pero libre.
Y seguiré diciendo que tengo sueño, porque decir que me duele el pecho y noto cómo se me va partiendo el corazón es demasiado explícito para los dos.
Pero yo nunca me voy sin haber jugado todas mis cartas, sin haber luchado dos veces.

jueves, 6 de diciembre de 2018

Ya no dejo que otras manos curen mis heridas, que otros labios besen mis cicatrices.
No permito que nadie que no sea yo intente cuidarme y ayudarme a avanzar.
He aprendido a cuidarme sola, a desinfectar cada herida que tu veneno dejó en mi piel.
Todas esas heridas me pertenecen sólo a mí y es mi deber cerrarlas y no permitir que nunca más vuelvan a abrirse.
Son mis manos las que recorren cada centímetro de mi piel, buscando esos lugares en los que tus manos estuvieron antes, borrando todas y cada una de tus huellas.
Son mis lágrimas las que bañan mi piel desnuda, las que cubren todas y cada una de las espinas y las van sacando.
Soy yo la que me protege, la que me mima, la que me quiere y me cuida.
Y ningunas otras manos son las encargadas de ello, ni lo serán.
Porque lo más importante de mi vida, soy yo misma.

jueves, 15 de noviembre de 2018

"La culpa mata"

En este último año he sido víctima, testigo y verdugo. He aprendido un montón de cosas, y por encima de todo, he aprendido que la persona a la que más tengo que querer es a mí misma, a dejar de culparme, porque eso sólo me estaba destruyendo.
Me explico y comienzo.
Cuando la gente piensa en abuso y/o violación, la primera imagen que les suele venir a la cabeza es el típico callejón a oscuras, una chica joven volviendo a casa sola, cada uno decide qué ropa lleva, en qué condiciones va y cómo es ella, y un desconocido cogiendo y forzándola. Pero siento deciros, que la mayor parte de las veces, el abuso viene por parte de conocidos: pareja, amigos, familiares.
En este año, no he sido capaz de hablar completamente de lo que a mí me sucedió durante meses en el año pasado, porque creí haberlo superado, haber aprendido a vivir con ello, pero a base de tener pesadillas constantes con diferentes personas intentando abusar de mí, hacer conmigo cosas que yo no quería, he comprendido que una parte de mí no ha terminado de asumir y superar esta situación.
Comienzo, mi caso, como muchos otros que son silenciados, fue por un "amigo", una persona  a la que yo quería muchísimo, y que a día de hoy sigo queriendo, pero elegí cuidar de mí y no de él, a él ya le había defendido lo indefendible, perdonado lo imperdonable y seguido a su lado a pesar de todo, llegando a preocuparme por él antes que por mí.
Aclaro que no quiero dar lástima con nada de todo esto, pero considero que contarlo es un paso importante para mí, para seguir adelante, para no temblar cada vez que una persona se acerca sin mi permiso, para no pegar un bote cada vez que alguien me toca sin avisar, para que cada vez que mantengo relaciones con alguien no esté pensando en qué pasaría si en ese momento le digo que no quiero seguir, que quiero que pare.
Yo había tenido ya relaciones físicas con esta persona, y sabía que teníamos una relación de lo más tóxica, porque tanto la gente de mi alrededor me avisó, como yo misma fui consciente tras varios meses y situaciones vividas. Acabé cansada tras meses de la actitud de "machito" cada vez que algún hombre que él considerara que yo le podría gustar se me acercaba, del marcar territorio, de que tras meses sin querer nada conmigo, porque alguien me prestara atención tuviera que volver a estar conmigo. Pero eso sólo se aplicaba en una dirección, yo tuve que aguantar varias veces ver cómo se liaba con alguna chica habiendo salido los dos solos de fiesta alguna noche, y yo nunca dije nada. Porque no me importaba, o eso dejaba ver.
El tal es, que todo se acabó yendo de madre. Cansada de esta actitud, de que todo fuera cuando él quería, bajo sus propias condiciones, donde él quisiera y sin tener en cuenta para nada mi opinión (abuso), yo decidí que no quería tener nada más con él, dejarlo todo como amigos y ya está. A estas alturas, yo sobrevivía con unos niveles de ansiedad altísimos, que como más tarde comprendí, me provocaba él. Acabé acostumbrada a tener ataques de ansiedad casi cada noche que salía con él de fiesta, a estar en tensión en todo momento, pendiente de la gente que tenía a mi alrededor y de todas las muchachas del garito con las que él había tenido algo (de las cuales en un principio sentía celos y asco, que poco a poco se convirtió en sororidad y empatía, al fin y al cabo, estaban en la misma situación que yo). Acabé cansada de ver a estas mismas muchachas perseguirle como si fueran polillas y él la única luz en kilómetros a la redonda. Llegué a sentir lástima por ellas, y a día de hoy la sigo sintiendo, por ver a muchachas tan capaces perseguir a un subnormal que sólo jugaba con ellas, como conmigo. Llegué a tomar como días de descanso los findes que él no salía.
Pero parecía que cada vez que yo tomaba la decisión de no tener nada nunca más con él, él tenía una necesidad absoluta de volver a tener algo conmigo. Y no paraba hasta conseguirlo. Por el medio que fuera. Llegué a un estado en el que comprendí que era mucho más fácil dejarme, a pesar de no querer y de después pasarme días con ataques de ansiedad, sin ganas de respirar ni salir de la cama, porque negarme siempre era peor, porque nunca iba a parar, daba igual la de veces que le dijera que no, la de veces que le quitara, porque él sabía lo que quería, y lo tenía que tener. A cualquier precio.
Al principio no era consciente de esta situación, y pensaba que era yo la que controlaba todo, porque mientras las ya mencionadas muchachas le perseguían a él, él me perseguía a mí. Y yo me sentía poderosa, pero ahhhmiga, no era yo la que tenía ningún poder. No era más que un trofeo.
Recuerdo perfectamente una noche, a principios de este año, en el que me prometí que él no iba a ser el primero con el que tuviera algo (promesa totalmente incumplida por las condiciones anteriormente mentadas) en la cual salí con él y otro amigo a solas, chaval del cual se hizo amigo porque quería conmigo y como buen perro del hortelano, se hizo su amigo para así poder estar en medio. Era un jueves por la noche, en nuestro local habitual, los tres solos. Yo salí a fumar, él salió conmigo. Tiró de mí un total de tres veces para besarme, las tres veces me aparté y simplemente le abracé. Al parecer no era lo suyo entender las cobras. TRES. Yo entré super orgullosa de no haber caído, mandé un audio a un amigo, super contenta, porque por una vez no había cedido. A las horas, después de estar él toqueteándome, yo apartándome y dejando claro que no quería nada con él, volví a salir a fumar, él volvió a venir conmigo. Cayeron otras dos cobras, porque al parecer seguía sin quedarle claro que no quería con él, que cuando le contestaba de malas maneras sus comentarios rollo "cómo me pones, qué cachondo me estás poniendo, te follaba ahora mismo" no quería decir que no quería, para él significaba un reto y que tenía que conseguirlo sí o sí.  Su trofeo. Acabó pasando, yo seguía sin querer, pero como bien he explicado, es una persona que nunca entendió un "no". Literalmente me acorraló, me sujetó con un brazo contra la pared mientras con la otra mano me cogía la cara para que le besara. Le dio igual las veces que le dije que no y le mordí, eso a él le ponía más cachondo, pero para mí no era ningún juego. Otra noche volviendo a casa con un ataque de ansiedad tochísimo, y no queriendo salir nunca más.
Sin embargo, seguí saliendo, porque quedarme en casa a solas, sólo hacía que la ansiedad se incrementara.
Seguía justificándole. Mis amigas, le odiaban, me echaban la bronca cada vez que tenía algo con él, y yo me escudaba en el "pero es que cuando estamos los dos solos es una persona totalmente distinta, no es el gilipollas egocéntrico que quiere aparentar". No entendía por qué se preocupaban tanto por mí cada vez que salía sola con él. Por qué no querían que siguiera viéndole siquiera. Si en el fondo, no era tan malo.
Cosas que ahora recuerdo y me revuelven el estómago y me llevan al punto de vomitar, en ese momento me parecían nimiedades. ¿Que le he dicho 20 veces que pare porque no quiero follar en este parque y me está haciendo daño y sigue? Joder, es porque le he puesto mucho y claro, ya que estamos terminamos. Lo que en ese momento no vi, es que me estaba violando. Mi amigo.
Cuando fui capaz de ver un poco por encima, sin ser consciente aún de todo, lo que estaba pasando hablé con él, me ofrecieron ayuda, me ofrecieron compañía, incluso hablar por mí, pero yo soy de librar mis batallas sola.
Como tonta me creí sus lágrimas, su "no volverá a pasar", su "no te volveré a tocar".
Y en cierto modo, era verdad. No me volvió a tocar sin mi permiso, me pedía permiso y disculpas a la mínima. Pero en ningún momento dijo que no volvería a pasar con otra.
Y efectivamente, pasó con otras chicas, cercanas a todos nosotros, una de ellas lo sufrió una noche, que después me forzó a mí, aunque no llegamos a follar. Y calló durante meses. Con la última, la más reciente, estalló todo. Y yo ni siquiera conté lo que me había pasado, porque yo ya no me lo creía.
Y después de que le mandaran a la mierda, estuve mil veces tentada de preguntarle si se encontraba bien. ¿A santo de qué? ¿Por qué era yo la que se tenía que preocupar por él? Decidí que tenía que cuidarme a mí antes que a nadie. Lamerme mis heridas, e intentar volver a ser persona algún día, rota, pero viva. Por una vez me elegí a mí antes que a él, dejé de defenderle y justificarle, y empecé a llamar las cosas por su nombre, porque al fin y al cabo, él era un violador. Y nunca, jamás, podré defender a una persona así, por muy "amigo", por mucho que le quiera.
Y como yo ya hacía meses que había hablado con él, di por hecho que lo había superado todo. Ahora sólo me mataba la culpa, porque si yo hubiera hablado antes, dos chicas (que sepamos) no habrían pasado por la misma situación que yo. Dos chicas con los mismos problemas de ansiedad. Y di por hecho que el único dolor que yo sentía, era por ellas, porque tuvieran que pasar por esto por yo no haber hablado por el miedo a que se me juzgara, porque yo ya había estado con él antes.
Y nunca se me juzgó, cuando todo se supo, sólo recibí apoyo, sin siquiera saber nada de mi historia. Sin ser conscientes de lo que yo llevaba meses callando.
Han pasado 3 meses y 9 días desde que esta persona desapareció de mi vida, pero su huella va a seguir conmigo mucho tiempo. Sin embargo, yo nunca me he llegado a considerar víctima, no me gusta ser víctima de nada, pero en este caso, lo soy.
He aprendido por fin a dejar de culparme porque alguien abusara de mí, a dejar de pensar que soy estúpida por haber pasado por todo esto, y más sin decir nada, pero gritando auxilio en silencio. He dejado de culparme por no hablar a tiempo, porque en ningún momento ha sido culpa mía lo que él haya hecho. Y por fin, me siento libre de su influencia, libre para volver a reconstruirme cachito a cachito, para volver a ser feliz, o intentarlo al menos.
Y, por fin, libre para elegirme a mí antes que a nadie, y quererme a mí por encima de todas las cosas.

martes, 13 de febrero de 2018

Broken.

Me ha costado 8 años ser consciente de dónde viene todo lo que tengo dentro, toda mi lucha interior, mi vena autodestructiva.
Después de tanto tiempo con subidas y bajadas de autoestima (más bajadas que subidas) he sido capaz de reconocer al fin el origen. Porque me encuentro en uno de los baches más gordos que he tenido en años, hacía tantísimo tiempo que no me sentía así, que no vivía a base de ansiedad, de estar pendiente de respirar para no ahogarme.
Hacía tantísimo que no me sentía tan pequeña, tan poca cosa, tan insignificante. Llevaba mucho sin decirle a nadie que dejara de quererme, que no merezco la pena. Cuando estaba ya ahí, tan cerca de conseguir quererme, de sentirme bien. 
Ya no lloraba por las noches, no tenía pesadillas, no me hacía una bola para olvidarme de todo. 
Ya no tenía arañazos ni moratones por todas partes, era capaz de sonreír de verdad, de no forzarme a estar bien.
Había dejado de pensar que no valía para nada, que todo lo que hacía no servía, que no merecía la pena preocuparse por mí.
Ya no me consideraba una zorra fría hija de puta, incluso llegué a pensar por un momento que de verdad podía llegar a hacer bien a alguien, que podía estar con alguien sin destruirle, que de verdad no hacía daño a todo el que se me acercara.
Pude considerar que mi físico tenía potencial, que realmente podía hacer lo que quisiera sin sentirme mal.
Fui tan ilusa que llegué a creer que aprendería a vivir con mis complejos, a llegar a querer lo que durante tantos años he odiado de mi cuerpo.
Y no, una vez más aquí me veo. Totalmente rota, incapaz de ser feliz ni de ayudar a nadie, vacía por dentro, sin nada que ofrecer más allá de dolor. Sigo destruyendo todo lo bonito que tengo en mi vida para no ser feliz, para que no me haga daño en un futuro. Sigo destruyendo a todo aquel que se me acerca. 
Entro sin ser llamada, pongo todo patas arriba y cuando considero que ya he molestado suficiente, me voy. La historia de mi vida en bucle. 
Sigo con mi tendencia a huir de todo para que nada me haga daño, total, bastante tengo con aguantarme a mí misma, suficiente daño me hago yo ya. 
Sigo en mi montaña rusa, solo que esta vez estoy mucho más abajo de lo normal, y no va a ser fácil salir.
Y realmente duele darse otra vez de cara contra la realidad, ser consciente de que en verdad sólo he vivido una mentira todo este tiempo. Nada de lo que he pensado, nada de lo que quería creer era verdad, sigo siendo esa niña asustada de 14 años a la que le hundieron la autoestima. Sigo sin merecer nada de amor, una pizca de preocupación, no valgo nada.
No merezco que nadie se preocupe por mí, y mira que intento cada día echar a la gente y siguen sin darse cuenta. No entiendo el por qué de que pueda llegar a importar a nadie, cuando se dan cuenta de que no merezco la pena es más doloroso para todos. 
Y cuando lo hacen, es después de haberles hecho daño, por lo que yo me hago más daño y caigo un peldaño más abajo. Y ahora mismo estoy tan abajo que no soy capaz de ver la luz. Sólo veo oscuridad, sombras negras donde deberían estar los demás.