miércoles, 19 de septiembre de 2012

Cada día que pasa es un día que nunca volverá.¿ Merecerá la pena perder un día por un cabreo? ¿Merecerá la pena perder un día entero la sonrisa? Cada día que no hablamos a una persona, podría ser el último. ¿De verdad merece la pena dejarse guiar por el orgullo? Tenemos la manía de decir "Si no me habla, yo no lo voy a hacer". ¿Y si la otra persona piensa lo mismo? Os perdéis los dos, por orgullosos. Sin embargo, no todo es blanco o negro. Todo o nada. No mucho orgullo, porque entonces te joderás tú misma, pero sí el suficiente para que no te vacilen. ¿Deberías dejar que tu orgullo gane el pulso contra la razón o el corazón?

lunes, 10 de septiembre de 2012

12 años, ni más, ni menos.

Pues hoy, hago doce años con la persona más especial que ha pisado nunca mi vida. Bueno, hoy no, exactamente en una hora y veinte minutos, pero como soy bastante despistada para las entradas, empiezo con tiempo. 
Sé que mucho diréis, "puf, menuda tontería, yo con mi mejor amigo/a llevo como desde parbulario". Sí, pero la señoritinga esta, aparte de aparece un año tarde, desapareció de desaparecer como tres o cuatro años. ¿Sabes lo que son cuatro años sin saber de tu mejor amiga? Un infierno.
Te llega un día, una canija a la que quieres con todo tu corazón porque un día decidisteis ser amigas sin siquiera saber cómo se hacía eso y te dice muy feliz que se va a vivir a Mérida, una ciudad muy, muy lejos de Alcalá. ¿Hay más ciudades a parte de Madrid? Es lo primero que te planteas cuando eres una pequeñaja. Sin saber cómo ni tampoco por qué, se va. Con un hermano pequeño, muy rico que tenía un mordedor de sandía que a ti te encantaba. Os mandáis cartas, pero cada vez las cartas tardan más en llegar, hasta que al final, ni cartas ni hostias. Te pasas mucho sin saber de ella, casi te olvidas de su existencia hasta que te llega alguien con un "Mira, el msn de rocío". ¿Rocío? ¿Qué Rocío? La agregas pero apenas habláis. Qué tal y poco más. Aparece el gran tuenti y todo cambia. Al principio sin chat, bastante aburrido todo. Apenas habláis, te das cuenta de que todo a cambiado y de repente, así porque sí, se convierte en un todo.

De repente un día con un "tía, no me odies, que ya me odian bastante" todo volvió a ser como antes. A sabernos toda nuestra vida, a "espiarnos sin que la otra se entere", y morirnos de ganas por vernos la una a la otra. 
He de decir, que aunque sea como casi toda mi vida, estos doce años son más que volados. Que la quiero, no os hacéis ni idea de lo mucho que la quiero. Y la necesito a cada momento al lado mío y me tengo que conformar con hablar con ella por internet o por teléfono. Pero me queda na' y menos para volver a escaparme de casa y verla.
Veinte minutos para las doce. ¿Ahora entendéis lo que digo de que soy una despistada?
¿Sabes esa persona a la que no le puedes ocultar nada y que es tu vida entera? ESA es ella. 

Hoy ando bastante corta de inspiración, pero he de decir que me tiene enamorada desde que era una canija. La amo como a mi propia vida. Ninguna como ella. Nada más que añadir. 

sábado, 8 de septiembre de 2012

Es ese miedo que invade cada célula de mi ser el que me impide actuar. El que me impide hacer lo que realmente quiero. El que me acelera el corazón amenazando con sacármelo del pecho al hacer algo que no debo. ¿Demasiada conciencia? Quizá. Quizá pienso demasiado las cosas, pero siempre después de hacerlas. "No deberías haber hecho esto, no tenías que decirle esto, no tendrías que haber jugado así con ellos, no le deberías haber mirado así, no deberías haber venido por aquí". A veces, mi pepito grillo llega demasiado tarde y no me impide hacer cosas que no debería. Otras sin embargo llega cuando sólo estoy pensando liar alguna y se me acelera todo el cuerpo con sólo pensarlo y eso, justamente eso, me impide hacerlo. 
Si en algún momento estoy haciendo algo a la vez que me tiembla todo el cuerpo es porque sé que no tengo que hacerlo, que está mal, pero después de muchas luchas internas, lo tengo que hacer.
Esta semana, ha sido muy chunga, he estado jodiendo mucho a mucha gente que quiero, la he cagado con al menos dos personas y me ha costado mucho volver a arreglarlo. 
Algo que me define es mi mal carácter, mi manera de esconderme del mundo detrás de esa fachada de malas caras, mal comportamiento hacia la gente y de "niña repelente" para que nadie se encariñe conmigo y sobretodo para no encariñarme con la gente. Aprendí que cuanto más quieres a alguien, más débil y vulnerable te haces, porque cuando te fallan, duele más. Pero sin embargo, hay gente, que por mucho que luches por no quererles, te llegan demasiado hondo, quizá en muy poco tiempo. Hay gente, sin embargo, que aunque la conozca de hace mucho, no movería ni una pestaña por ellos. 

jueves, 6 de septiembre de 2012

Un año.

Antes de nada, he de decir que esto está siendo muy difícil para mí y que escribir esta entrada no va a ser nada fácil. No es fácil, pero necesito hacerlo. Necesito escribirlo. Allá voy.

En primer lugar he de decir, que no es fácil, pero nada fácil aceptar que una de las personas que más querías ya no está. No es fácil porque no lo asimilas. No te entra la idea de que no la vayas a volver a ver. No es fácil pensar que vas a ir y no la vas a ver. No es fácil pensar en todo lo que no volverás a hacer.

Un año. Un año y sigo llorándola. Un año y cuando creo que puedo hablar de ella sonriendo, me vengo abajo. Un año sin poder mirar sus fotos sin llorar. Un año sin poder oír el teléfono un miércoles y que no sea ella. Un año sin un "noo, mujeer" con su tono de voz. Sin un "te veo por un bujerillo". Sin un "Holo, que es más gordo". Un año sin su risa. Un año sin sus achuchones. Un año dándome cuenta de todo lo que tenía y perdí de golpe. Un año con un Dolores, detrás de mi nombre. Un año durmiendo agarrada a su cadena. Un año pensando en ella todos los días. Un año intentando asimilar algo que aún no he podido. Un año intentando que no se me caiga el mundo encima cada vez que entro en su casa.

No es nada fácil sonreír cuando es una fecha señalada. No es fácil seguir como si todo estuviera bien, sin más. La tengo presente todos los días. A cada momento. Pienso en todo lo que no pude decirla, en todo lo que tendría que haber hecho y no hice.
Llamadme soñadora, pero siempre me he visto yendo a su casa, presentándole a mi novio, incluso a mis hijos. Es una posibilidad que me quitaron de golpe. Sin ninguna opción. 

Nunca he creído en dios. Pude creer de pequeña, cuando te obligaban a ir a religión y decías "que chachi es dios", pero según vas creciendo te vas dando cuenta de que si de verdad hubiera un dios, no pasarían tantas cosas a diario. Si hay un dios, es tan sumamente injusto que nunca me arrodillaría ante él. Llamadme lo que queráis, me da bastante igual. Y si encima pasan cosas tan sumamente injustas, te hacen que le odies cada día más.

Ahora mismo, lo que más necesito es uno de sus abrazos. Una tarde, tiradas en el sofá viendo pelis de "mamporros". Un "¿Qué quieres de cenar? Qué pregunta más tonta". Un "pues te adopto esa cama, y ya de paso, ¡la habitación entera!". Un "hoy te tocaba llamar a ti, pero ya que llevas una semana sin acordarte de mí, lo hago yo, mala nieta". Un "feliz santa Bárbara que truena" con unos ferrero roche. Un "¡Uyy, colonias! Ahora venimos, Mari" y aparecer oliendo a una mezcla de todo lo que pillábamos. 
Ahora mismo, solo la necesito a ella. Y una vez más, sólo pido imposibles.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Si vas.

No soy muy fan de Rayden, pero hay alguna canción que me encanta por la letra. La de "Si vas" es una de ellas.

Si vas a llorar que sea de la mera alegría, 
no dejes tu vara a la pena 
ni a la melancolía, 
cierra problemas como dudas deudas 
o la apatía neuras disfruta que madura 
toda la vida. 

Si vas a morir que sea del gusto, 
no de la envidia, 
aunque si vas a matar que sea del susto, 
no a sangre fría. 
Las gracias o el brazo a torcer, 
ni veneno ni disgustos a lo sumo garantías, 
si vas a echar que de menos en falta 
una mano que tropiece y no se levanta lo mas 
esperanza por tierra por la borda 
los sueños bastante que nos alcanzan 
para tirarlos de una barca, sin remos. 

Si tienes que luchar 
que sea por ello y si vas a perder 
que sea la verguenza o tu miedo, 
de robar que sea un beso aplauso el corazón 
y si te van a dejar algo que sea esta canción, 
que menos. 

Todos tenemos el poder de elegir, 
aunque nos tengan maniatados podemos decidir. 
Que triste sería ser como quieren que seas 
Todos tenemos el poder de elegir 
aunque el destino esté marcado no lo está el por venir 
Que triste sería ser como quieren que seas 

Si vas a dejarme que sea sin habla, 
que se me caiga la baba y no pueda articular palabra, 
si vas a bailar que sea de todo menos el agua, 
jazz, vals o danza, 
de romper que sea una lanza 
a favor del que no pueda avanzar, 
por mover el que no te lleva la venganza al dolor, 
que si vas a mirar sea por los de tu alrededor, 
ni por encima del hombre ni a tu ombligo. 

Si vas a pecar que sea de inocente, 
de callar con un beso, de evitar lo evidente, 
quejarse de placer y hacer de tripas corazón, 
perder la razón porque el corazón 
a veces se siente en el vientre y siempre que 
vayas a caer que sea la cuenta 
y cuenta conmigo siempre como un amigo, 
amigo lo que digo, lo que intento decir, 
es que quien sea feliz, 
lo sea hasta el último suspiro. 

Todos tenemos el poder de elegir 
aunque nos tengan maniatados podemos decidir. 
Que triste sería ser como quieren que seas. 
Todos tenemos el poder de elegir, 
aunque el destino esté marcado no lo está el por venir. 
Que triste sería ser como quieren que seas. 

Llámame loco, pero en serio, 
creo que no existen las malas acciones, 
sino una mala forma de ejecutarlas. 
Así que por qué empeñarse 
en las modas y en ser como el resto, 
si el valor, el verdadero valor, 
es ser individual, es lo que pienso yo almenos…. 
y que menos que si vas a ser algo en la vida, 
que seas especial.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Digo, juro y prometo que estaré bien. ¿Debería de jurar algo que sé que es imposible? Trato de no pensarlo. No quiero pensarlo. Va a llegar, poco a poco llega. Está claro que ese día no debería de contar nadie conmigo. ¿Estar? Estaré. Diré que soy feliz, que todo va bien, que no pasa nada. ¿Sentirme así? Ni de coña. Sentiré todo lo contrario. Porque lo sé, porque me conozco. ¿Dormir? Se intentará. Con su foto debajo y el colgante en la mano.
No garantizo que no vaya a llorar, porque sé que lo haré.
Decir, antes que nada que ese día no cuente nadie conmigo para nada. Estaré levantada el rato de comer y la hora que no me permiten tumbarme por las pastillas. El resto del tiempo, me lo pienso pasar en la cama con los cascos. Y para dedicarla una entrada. Será todo lo que me levante.
Cinco días.