lunes, 26 de enero de 2015

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Ella cose su sonrisa inmortal mientras arranca las lágrimas de sus ojos para que nadie vea más allá de lo que ella quiere que vean. Se ha acostumbrado tanto a esa sonrisa falsa que ya no sabe vivir sin ella, total, ¿quién se va a fijar?
Él sigue viviendo en su sonrisa, junto con todos esos besos que nunca se dieron y todas esas noches que no tuvieron. Mentiras. Al final, todo mentiras.
¿Qué más da lo que pase por dentro? Su lucha interna, sus guerras diarias, sus noches llorando, su vida sin sentido. ¿Qué importa? Si ya nada vale nada. Es muy fácil decir "no te rindas" cuando todo va bien y no estar cuando todo va mal.
¿Qué tenía ELLA que ella no? ¿Tanta diferencia había de una a otra? ¿Tanto la quería, que al final se fue?
Y allí está ella, sola con su peor enemigo, ella misma.

viernes, 23 de enero de 2015

Su piel, que me corro si me roza su piel.

Y notar los latidos de tu cuerpo en el mío, tu sonrisa en mis labios y tu felicidad en todo mi ser.
Quererte, como nunca nadie te ha querido.
Recorrer cada centímetro de tu piel a besos, cada lunar, cada cicatriz.
Apresarte en la cama, olvidar que hay nada más aparte de tú y yo, crear nuestro propio universo con amor.
Sentir que el tiempo se para, que ya no importa porque te tengo y ya no tengo que contar minutos.
Besarte como si fuera la última vez que pudiera, sonreír sólo con mirarte.
Eso quiero.

jueves, 22 de enero de 2015

Como cada noche, como cada amanecer.

Una vez te imaginé desnuda en mi cama, sonriendo como siempre estabas.
Imaginé una y otra vez tus curvas, tu negro pelo desparramado por la almohada.
La suave caricia de tu piel con la mía, el dulce sabor de tus labios en los míos, el leve contacto de tus pestañas en mis mejillas.
Te imaginé feliz, mirándome con complicidad, como si sólo estuviéramos tú y yo.
Juro, y siempre juraré, que pude sentirte, noté tu piel caliente bajo la mía, tu deseo y el mío, las ganas de querernos.
Y de pronto te fuiste, te esfumaste entre mis dedos como ceniza, como si nunca hubieras estado allí, como si nunca nos hubiéramos conocido, como si tu delicada belleza hubiera desaparecido dando paso a la nada, a una cama vacía, a mí extrañándote. Como cada noche, como cada amanecer.

jueves, 8 de enero de 2015

"Si esto es el amor, yo no lo quiero"

Hoy podría hablaros de sexualidad, de si soy hetero, homo, bi o asexual, pero lo siento, no creo en la sexualidad.
No creo que las personas tengamos unos gustos por uno u otro sexo, o quizá por ambos. Soy una firme defensora de que la atracción que pueden sentir dos personas no depende del sexo que cada una tenga, depende de algo más, de mucho más.
Creo que los que se decantan por un sólo sexo no han encontrado una persona que les haya atraído del mismo sexo, o que si le han encontrado, les ha dado miedo y lo han rehuído.
Creo que es ese pensamiento cerrado de "tengo que ser heterosexual" que aún existe en el ambiente el que no nos deja avanzar, el miedo al qué dirán el que no nos deja ser felices.
Y digo yo, ¿qué más da el género mientras que haya amor y la cosa funcione?
Os lo dice una férrea defensora del amor.