lunes, 6 de junio de 2016

.l.

He llegado a un punto en el que escribo desde lo más hondo de mi frustración.
¿Por qué se frustra esta imbécil ahora? Simple: estudio algo que muchos ni siquiera sabéis que existe.
No creo que podáis llegar a entender muchas veces lo que es estar hablando con alguien sobre estudios, sobre cómo van los exámenes y cuando te preguntan en qué carrera estás no tengan ni idea de lo que es y te respondan con cosas como "¿Pero eso es de los ojos?" o "Ah, que eso se estudia, yo pensaba que sólo vendíais gafas"
No entiendo cómo en un país considerado del primer mundo el tema de la salud visual esté tan poco reconocido. No entiendo cómo no nos explican quiénes son los que hacen que veamos, que esas gafas que llevas estén hechas sola y exclusivamente para ti. Toda la investigación que hay detrás de las maravillosas lentillas que tantas y tantas relaciones han salvado. Cómo, cuando hablas con una persona no sepa que no estás estudiando para estar detrás de una mesa diciéndole a la gente "Ais, esas gafas te quedan maravillosas". O simplemente que no se reconozca nuestro trabajo y tengamos que graduar gratuitamente en NUESTRO negocio, negocio PRIVADO. Pero eh, vete a un bar, pide un café y vete sin pagar.
En serio, ya va siendo hora que una de las carreras más difíciles de toda la Complutense y una de las que más salidas tiene (sólo con medicina por delante) tenga el reconocimiento que merece.
En serio, no entendéis lo frustrante que es.

miércoles, 20 de enero de 2016

I had to carry her.

Llevaba tantísimo tiempo sin escribir que notaba las palabras nunca escritas arremolinándose en mi garganta, creando un nudo de magnitud tal, que me hace imposible el hablar.
Quizá me acostumbré demasiado a saber escribir sólo en los malos momentos, a empezar novelas, a criticar todo y sacarlo de mí escribiendo, que no sé hacerlo cuando las cosas no van mal, que no puedo desahogarme cuando lo necesito, sólo por no sentir ese malestar.
Y la verdad, echaba de menos poder escribir, de mi manera burda de siempre, como si nada fuera bien.
Puede que el hecho de escribir siempre sobre él, también influyera en dejar de escribir, el miedo a depender tanto de alguien, tanto como para transformarlo en mi musa, en mi amor. Miedo a no saber hablar de nada que no fuera él, de no tener nada más.
Y prometo que intentaré mantener mi costumbre de escritura, ya sea en este o en otros blogs.
Tengo que mantener a mi musa inspirada.

Anyhow...

Me apena el pensar que a veces tengas tanta gente a tu alrededor que no conoce ni una mínima parte de ti. Gente que nunca ha visto tu sonrisa, que sólo conoce tu desgana, tu falta de interés, tu vergüenza aparente.
Toda esa gente que no es capaz de ver la persona tan maravillosa que puedes llegar a ser, que nunca ha oído a esa personalidad tuya, esa que sólo es capaz de decir cosas bonitas, con voz melosa, que me hace sonreír y querer besarte a cada segundo.
Me entristece realmente, porque no saben ver tus distintas personalidades, los matices de cada una de ellas, saber diferenciarlas, a pesar de que a día de hoy a veces me cuesta reconocerlas.
No saben ver quién eres en cada momento dependiendo de la voz que pones, que no saben ver qué quieres según tu tono y tu simple mirada.
Que no ven qué significa cuando tienes un ojo medio cerrado, cuando te brillan los ojos, cuando pones una media sonrisa.
Incapaces de ver más allá de ellos mismos, o quizá tú, que no eres capaz de mostrarte tal y como eres, que te escondes de todo y todos bajo tu brillante armadura negra.
Y todo esto me lleva a querer agradecerte que me dejes atravesar esa armadura, que me muestres cómo eres en realidad, tus verdaderos intereses, miedos y esperanzas.
Gracias por ser como eres, por mostrarte tal y como eres ante mí.